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Sin flash

Los tres amigos

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Omar Kheyyam nació en Naishapur, en la lejana Persia, a mediados del siglo XI de nuestra era. En su juventud, conoció a dos estudiantes, como él: Hassan el Sabbah y Nizam al Mulk. Los tres amigos hicieron un pacto: dieron su palabra de que el que primero triunfase estaba obligado a ayudar a los otros dos.

Cuando Nizam logró hacerse inmensamente rico, llegando a ser secretario y visir del sultán Alp Arlan, sus compañeros fueron a recordarle la promesa verbal que habían hecho.
Hassan pidió y obtuvo un cargo en la Corte, pero, debido a sus intrigas y devaneos, cayó en desgracia, se retiró despechado a la montaña con un ejército de rebeldes, y aterrorizó a todos cuantos encontró a su paso, incluyendo a los cruzados cristianos, que le pusieron el apodo de "el Viejo de la Montaña". Tantos fueron los crímenes cometidos por sus seguidores, los "hassassines", que hay quien dice que de ahí viene la palabra "asesino".

Omar solicitó una pensión para poder dedicarse al estudio de las Matemáticas y la Astronomía. Vivió plácidamente, rodeado de sus amistades, cultivando el arte de la conversación y la poesía. Gustaba también del vino y de la compañía de bellas mujeres. Sus estudios se hicieron célebres en el mundo científico de aquella época. Cultivó las Ciencias Naturales, la Metafísica, la Ética y el Derecho.

En su obra poética, hace una reflexión sobre la pequeñez del hombre en el universo, la belleza efímera que nos rodea y la necesidad de vivir el presente, sin dejarnos llevar por los vanos temores que constantemente nos atormentan. Puede parecer irreverente que ensalce el vino, que su religión prohíbe. Pero lo toma como un símbolo de su amor por la vida y su rechazo al absurdo de las ruindades humanas.

Al morir, quiso ser enterrado en un jardín, donde el viento del Norte, al soplar, pudiese cubrir su tumba de pétalos de rosa.
He aquí, uno de sus poemas breves (llamados rubaiyat):
"Nuestros buenos y fieles amigos se han marchado. Se los llevó la Muerte. Solíamos reunirnos a cantar y a beber en la taberna. Ebrios, una o dos rondas antes que nosotros cayeron".

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