He tenido la oportunidad de asistir al Forum sobre Turismo, organizado por la Cadena Cope, a quien agradezco su invitación, y departida por la Molt Honorable Consellera de Turisme, Dña. Joana Barceló Martí.
La conferencia ha versado, por un lado, sobre la situación del sector, facilitando la conferenciante una gran cantidad de datos estadísticos sobre ocupación, número de viajeros, gasto medio por turista etc. Por otra parte, la Sra. Barceló ha hecho especial hincapié en el hecho de que se han reducido los trámites administrativos para las empresas turísticas, y finalmente, se ha permitido dar una serie de consejos a los empresarios sobre cómo gestionar sus establecimientos.
En mi modesta opinión, y no soy nadie para decir a nadie lo que tiene que hacer, la postura del Govern Balear no puede ser más desacertada, por cuanto en momentos tan complicados como el actual, lo único que debería hacer la Administración Pública es dejar de ser el protagonista de la situación, pasar desapercibida, y simplemente no poner trabas a la ya de por sí complicada situación del empresariado.
Creo sinceramente que deberían centrarse en crear ya de una vez una imagen de Menorca en el mercado turístico internacional, y una vez creada, dejar que el sector se promocione como considere oportuno, arreglar el actual estado lamentable de las urbanizaciones de Menorca y su red viaria, luchar por una red de transportes y de comunicaciones con la Península y los países proveedores digna y a un coste razonable, reducir la estructura política y funcionarial de forma drástica para que su coste no sea un pesado lastre como lo es en la actualidad, hacer que fluya el crédito bancario, reducir los costes fiscales y de Seguridad Social, que la Justicia funcione con criterios de celeridad y rigor jurídico, erradicar de raíz la corrupción política, permitir que una serie de proyectos de importante calado, que en la actualidad están guardados en los cajones, se puedan ejecutar; y en definitiva, ceder el protagonismo a la sociedad civil que nunca lo debió perder, y dejar que ésta saque lo mejor de sí misma, tal como ocurrió en Florencia bajo el excelente mandato de los Medicis. Estoy seguro que el resultado dejaría perplejo a más de uno.
Es tan palmaria la arbitrariedad, la discrecionalidad, y la inseguridad jurídica que imperan en Baleares, y especialmente en Menorca a día de hoy, como enorme es la cantidad de trabas burocráticas que deben salvarse antes de que un negocio abra las puertas, con el enorme coste y tiempo que ello supone. El resultado de todo ello es que el empresariado está agotado de la situación, y los emprendedores no se atreven con nuevas empresas, con el coste social, económico y laboral que ello supone.
Nótese que en la actualidad, el Gobierno de España, el Govern Balear, el Consell Insular y los principales Ayuntamientos de la Isla de Menorca están gobernados por el mismo partido político, y esta situación difícilmente volverá a confluir en un futuro cercano. Creo sinceramente que tenemos una oportunidad irrepetible para que desde el Gobierno, el que sea, se regulen de una vez por todas, las reglas de juego que nos permitan salir del letargo, y competir con el exterior cuanto menos en igualdad de condiciones.
Los menorquines hemos demostrado a lo largo de la historia que somos capaces de lo imposible, y la situación actual no está para perder tiempo, tenemos mucho trabajo por hacer, y sólo venceremos si luchamos unidos, con tesón, con excelencia, y sobretodo, con valores y en libertad, y todo ello, ahora, es imposible. Si no lo conseguimos, la culpa será exclusivamente nuestra por permitir que esta situación se prolongue en el tiempo.