Vaya sorpresa. Fin de la ironía. Tanta "faruma" con la huelga y con los servicios mínimos y resulta que al pueblo ni le va ni le viene las protestas de lo que se conoce como la minoría. De risa. Menudo chasco se debieron llevar los líderes sindicales y sus colegas cuando vieron que a la gente sus protestas les importaron bien poco y que se sentían poco identificados. Total, que llegó el día de la huelga y la inmensa mayoría optó por coger sus bártulos y afrontar como mejor saben la crisis: a golpe de pico y pala.
"Esta huelga llega tarde". Era el comentario más repetido entre los esquiroles, 'ardillos' en castellano. El trabajador de a pie sabe desde hace mucho que la temida reforma laboral se llevará a cabo sí o sí y le ha mosqueado que los sindicatos sólo hayan respondido cuando lo que se tambaleaban eran algunos de sus privilegios. Pero el mensaje fue claro desde los huelguistas de buen principio: "Ha sido un éxito", mientras la jornada transcurría sin retrasos ni caos alguno. Sólo hechos puntuales.
Sé que sólo tengo 24 años y no sé de la misa la mitad. Pero la verdad lo de los piquetes me mosqueó. Que un grupo de personas 'unanas' se presentara en el diario por la noche para impedir que se distribuyeran los periódicos y tras la negativa de los trabajadores optaran por entorpecer su labor, me jiba. Yo soy igual de trabajador que los piquetes y tengo los mismos derechos. La huelga es un derecho y no una obligación como ciudadano. Cada uno decide si la secunda o no. Me parece a mí que así como están las empresas y el delicado momento económico que atraviesan, no se pueden permitir el lujo de dejar de facturar ni un solo día.
Es más, a día de hoy el que tiene trabajo casi puede considerarse un privilegiado. Antes de que los 'perros de caza' se me tiren a la yugular matizo que tampoco podemos trabajar bajo cualquier condición. Pero en vista de que los días pasan y la crisis no mengua, lo mejor que podemos hacer es arrimar el hombro y seguir trabajando, seguir empujando hacia un mismo sentido. Juntos. Llegará el día en el que tendremos en nuestras manos hacer algo importante, llámalo día de elecciones amigo lector. Ahí es donde se nos escuchará. Ahora... ahora compañero, hay que seguir adelante.
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