El alcalde de Maó se ha asomado al puerto. Vicenç Tur ha decidido echar un cable a los empresarios que en los últimos años han visto como la actividad de ocio y restauración de la más bella joya del municipio ha entrado en una depresión. La fórmula empleada ha sido desempolvar viejos proyectos, dotar de presupuesto aquello que hasta la fecha se había quedado en simples enunciados. Con los ascensores por bandera, Tur y sus compañeros de gobierno se han decidido a desfibrilar los andenes, tristes por un goteo de cierres y el abandono progresivo e inexorable de clientes. El Ayuntamiento ha anunciado que actuará donde le permite su competencia: la mejora de los accesos, la cornisa y los miradores, que además son piezas clave. Tienen que iluminar de día e iluminarse de noche, que no dé pereza (ni canguelo) regresar a casa andando a las dos de la madrugada. Pero hay más viejas ideas que valdría la pena recuperar, sobre todo en lo que respecta a la movilidad. En su día se habló de dejar la calzada en un solo carril para ampliar las zonas de paseo, e incluso eliminar el tráfico en algunos tramos y a determinadas horas. También se dijo en su día que se crearía una zona de aparcamiento en Sa Colàrsega. Pero primero una cosa y luego la otra. Sin prisa pero, a ver si de una vez por todas es verdad, sin "pause". Al menos parece que Tur ya le ha dado al "play" del asunto.
El apunte
desfibrilar el puerto
Pep Mir |