Empresarios de tres polígonos industriales han iniciado con el apoyo de PIME la constitución de una asociación en defensa de sus intereses comunes. El desarrollo de estas zonas en los distintos municipios concentra, al margen del turismo y del sector primario, la mayor parte de la actividad económica y comparten parecidos problemas en sus relaciones con la Administración; resulta saludable, por tanto, la promoción de un interlocutor con la fuerza de la unión y de la representación de las empresas ahí radicadas.
Los empresarios han reaccionado por el atropello que, según denuncian, ha supuesto el Plan Director del Comercio, que ha alterado el valor del suelo de determinadas parcelas, y por el tipo fijado en el IBI industrial en algunos municipios, dos ejemplos próximos en los que la unidad de acción podría haber logrado, al menos en el primer caso, una norma menos lesiva a través de la exposición y la negociación de las demandas empresariales. La coyuntura de recesión económica anima también a mirar a las zonas industriales y a las pequeñas y medianas empresas, a la economía productiva, como fuente de creación de empleo, un reto que necesita de la colaboración entre ambas partes para obtener resultados más favorables.