La propuesta de sociedad planteada como salida de viabilidad en Quesería Menorquina aparece como una audaz idea para abordar la delicada situación que atraviesa la empresa. La simbiosis creada entre directivos y trabajadores, poco habitual en las relaciones empresariales de hoy, ha sido clave en el diseño de una estrategia para intentar salvar la fábrica y con ello los casi doscientos empleos directos que de ella dependen. La práctica unanimidad con la que se ha acogido por parte de la plantilla -su implicación en el proyecto es encomiable- constituye todo un ejemplo de confianza en su propio esfuerzo, en el riesgo de capital que afrontan y en la capacidad que en conjunto suman para llevar adelante un reto que semanas atrás parecía impensable. Aunque la propuesta se halla subordinada todavía a varios requisitos dada la situación concursal de esta firma de Nueva Rumasa y los problemas que de ello se derivan, no cabe duda de que tal disposición de los directivos y del capital humano de la empresa ha de influir en positivo en cuantos tienen capacidad y la obligación de dictaminar el futuro de la misma. Salvar el empleo y la actividad productiva es un objetivo que avala y legitima la apuesta.
Editorial
Quesería, una apuesta audaz contra la crisis