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De loros y chocolates

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A mi anterior artículo sobre las deudas municipales y autonómicas, quiero hoy añadir la abultada deuda de las comunidades en la sanidad pública: 9.400 millones de euros.
Sólo en la autonomía andaluza, la deuda farmacéutica asciende a 1.245 millones, a los que hay que añadir la deuda a otros proveedores (equipos, tecnología, gasas y otros materiales, etc.) 1.107 millones, total 2.352. El tiempo que tardan en pagar esas facturas oscila entre los 585 y 659 días. Es increíble que una administración pueda tardar ese tiempo en pagar sus facturas. Imaginen lo que debe ser para los proveedores tardar más de un año y medio para cobrar.

Las que más pronto pagan son Ceuta y Melilla, entre 17 y 35 días. En Navarra, curiosamente, junto al País Vasco, han adelantado algo sus pagos respecto a los del año pasado, que abonaban las facturas a los 148 días y ahora lo hacen a los 42.

Baleares tiene una deuda de 292 millones, paga sus facturas entre los 271 días del año 2010 y los 269 del año 2011.

La ley fija la demora en los contratos del sector público en 50 días. Es decir, que antes de los 50 días las facturas deben haber sido satisfechas.

Castilla y León, con una deuda de 950 millones, tiene una morosidad que llega a los 725 días, es decir, dos años menos cinco días.

Lo grave, lo realmente preocupante de esta situación, es el creciente nivel de endeudamiento, que es muy progresivo, y que además no hay diferencia ninguna en las autonomías gobernadas por el PSOE o las gobernadas por el PP. La comunidad valenciana por ejemplo, tiene una deuda en la sanidad de 1.711 millones, unos 641 millones menos que Andalucía. Conviene decir que Andalucía, con sus ocho provincias, es la comunidad más poblada de España, doblando a la comunidad valenciana, de manera que proporcionalmente a su población, la comunidad más endeudada en sanidad es Valencia. Por lo tanto, ni los unos ni los otros tienen nada de qué alabarse ni nada que echarse en cara. Su gestión es a la par simplemente desastrosa.

Con una deuda autonómica, sólo en la sanidad, camino de los 10.000 millones, los gobiernos que dirigen las autonomías, deberían de tomar medidas porque al pagar con esta demora sus facturas, están haciendo que pequeñas o medianas empresas lo pasen mal o incluso desaparezcan.

Puede que tener en España 35.000 coches oficiales a la hora de reducir ese gigantesco parque automovilístico, sea el chocolate del loro. Puede que reducir tantísimo personal de confianza y tanto asesor sea el chocolate del loro. Puede que viajar en la zona más cara de docenas y docenas de aviones, sea el chocolate del loro. Puede que ajustar proporcionalmente los salarios como se lo han tenido que ajustar el resto de los trabajadores, sea el chocolate del loro. Puede que jubilarse como se jubila el resto de trabajadores del país, sea el chocolate del loro. Puede que reducir viajes y más viajes, tantas veces innecesarios, de la ceca a la meca, con tanto personal también innecesario, sea el chocolate del loro. Pero si vamos sumando loros y chocolates, nos daremos cuenta de que los loros se han convertido en una plaga y que están acabando con el chocolate.

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