Puede parecer una duda pueril, sí, admito que a estas alturas hasta demasiado inocente, pero ha llegado José Ramón Bauzá con las tijeras -acuciado por la crisis y por todo lo que han trincado del erario público sus antecesores, algunos presuntamente y otros ya no tanto-, y nos va a hacer ahorrar a todos una millonada en consellerias y altos cargos del Govern. Entonces, si ahora parece posible gestionar con menos, suprimir asesores que poco o nada aparecen por sus despachos y eliminar tantos gastos superfluos ¿por qué no se ha hecho antes?
La opulencia de la Administración autonómica, multiplíquenla luego por los territorios correspondientes, ha navegado contra corriente de una sociedad exprimida, acongojada por una recesión que dura ya oficialmente tres años, aunque antes se ocultó, y cuyo final está aún difuso. Ha sido necesario entonces que la bancarrota amenace a profesores, farmacéuticos, proveedores, empresas, instituciones que esperan el dinero comprometido por el Govern y hasta que los enfermos se paguen por adelantado sus billetes de avión para reaccionar. Juzguen si no hay para indignarse.