No sé lo que haríamos los españoles, ni sé lo que dirían los que ya dicen pestes contra Zapatero y su gobierno, si estos anunciaran lo mismo que acaba de anunciar el de Portugal, nada más y nada menos que les van a requisar a los portugueses el 50% de su próxima paga de Navidad. Nada de unos euros, nada de un 10%, la mitad…sí, lo han entendido ustedes bien, media paga de los funcionarios portugueses de Navidad la va a cobrar el gobierno lusitano en vez de cobrarla el trabajador. ¿Qué, cómo se le queda el cuerpo?
Así anda de maltrecha la economía en Portugal, recibiendo una ayuda de miles y miles de millones de euros del fondo comunitario europeo, dejando además sin trabajo a miles de trabajadores de la administración, anunciando el gobierno que a los políticos se les acabó eso de volar de la ceca a la meca en los asientos para ricos. Ahora volarán menos, y cuando lo hagan, lo harán como lo hacen el resto de portugueses, que se pagan el viaje de su bolsillo y con los dineros de su sudor.
En Grecia han estado unos días al borde mismo del abismo. Al final pagarán los de siempre los despilfarros de su clase política. ¿Pero cómo se puede jubilar a miles de personas a los 45 años?, ¿cómo se puede administrar el heraldo público con tan escaso criterio respecto a la contabilidad de un estado?, ¿cómo puede la clase dirigente haber vivido a cuerpo de rey y ocasionando estas situaciones sin que les caiga encima el peso de una ley, pensada y concebida para pararle los pies a tanto inepto?
El señor Obama le ha puesto a los americanos las cosas claras haciéndoles saber que tienen la economía para pocas alegrías y que tendrán que apretarse muy apretado el cinturón, porque corren el peligro de verse ene esa postura tan incómoda de estar con el agua al cuello.
Era lo que le faltaba a la economía europea, que EEUU tengan otra crisis económica para que nos llegue de inmediato otra sacudida que acabe de noquearnos y no parece que esa sea una posibilidad remota, si no más bien cercana y nada de extrañarse que suceda. Les digo más, parece un milagro que no haya sucedido ya. Y si no ha sido así, ha sido gracias al volumen de miles de millones invertidos por el estado para apuntalar el desastre de algunos bancos americanos, verdadero detonante del tsunami económico que está zarandeando Europa.
Tengo dificultades para comprender cómo la todopoderosa banca americana ha estado funcionando de esta manera tan peligrosa.
La terrible crisis del 29 que acabó por aquellos años con el aireado sistema del bienestar americano. No parece que les vacunase para nuevas y peligrosas tentaciones de hacer con el dinero ajeno de su capa un sayo, aunque bien mirado, Europa tampoco está para dar lecciones a nadie. Europa se basta y se sobra solita para hacer temblar hasta los mismísimos cimientos del euro, que empezó volando bien pero han bastado unos pocos años para darnos cuenta que ahora lleva plomo en las alas.