Me ha llamado la atención una pancarta de los indignados (nombre ya cuasi-oficial de los ciudadanos participantes en la política en tiempo real) que rezaba: "No es la crisis, es el sistema".
'Sí, claro que es el sistema, ese que, desde hace ya siglos hasta hacerse global y con diferentes denominaciones, se basa en la explotación del hombre por el hombre. Explotación que, en el llamado Primer Mundo, se hace menos evidente por la complicidad consumista del explotado con el establishment.
Donde sí es evidente, flagrante, descarada, esta explotación, que no inmoral sino amoral, es en el llamado Tercer Mundo, donde una de las enésimas hambrunas ha estallado. Evidentemente me refiero a Somalia.
Los medios de comunicación se hacen, hipócritamente, eco del drama una y otra vez. Se habla de Primer Mundo, se salta al Tercero (el Segundo parece no existir) se cita la renta per capita....
Falacias.
Nadie explica el porqué ocurren estas cosas, salvo tímidas alusiones a las potencias dominantes que condicionan el desarrollo de esos desgraciados países y lo abortan.
Pero vayamos un poquito atrás, a cuando existían los bloques formados por la URSS y los Estados Unidos; esos que lideraban antagónicamente el llamado Primer Mundo basando su fuerza -ambos- en la explotación del Tercero, unos con la participación de las multinacionales y otros con la presión militar y política, en lo que entonces se denominaba "esferas de influencia" y que era en el fondo un reparto del mundo. Ahora, lo que antes era un sistema con un centro bipolar y una periferia explotada, se ha convertido en global con el triunfo del liberalismo salvaje a lo Tea Party.
De la explotación soviética no vale la pena hablar, siempre fue muy evidente, muy rotunda además de demagógica ("proletarios del mundo unios, lo único que podéis perder son vuestras cadenas"), y si no que se lo pregunten a los afganos. La otra, la de la esfera capitalista es más sutil e hipócrita y es bueno que hablemos de ella en detalle.
¿Qué mecanismos de dominación ejerce el llamado "Sistema"? Para explicarlo debemos manejar conceptos como el take off o despegue económico, que un país consigue tras una llamada "acumulación originaria de capital" que le permite entrar en la esfera de los desarrollados y no hipotecar su soberanía en manos de terceros, léase las multinacionales.
Los países llamados subdesarrollados son precisamente los que no han alcanzado esa acumulación y consiguientemente ese despegue y viven dependientes del exterior, dependencia disfrazada de "ayuda" y que en el fondo no es sino explotación. Normalmente ésta, la explotación, la ejerce una antigua potencia colonial, que hubo de retirarse físicamente como consecuencia de la presión de los grupos nacionalistas y la política de descolonización de la ONU en los cuarenta-cincuenta del siglo XX, pero que continuó ejerciendo el poder económico mediante las multinacionales que extraen recursos del país en cuestión, cuyos capitales generados acaban en la metrópoli, no permitiendo -frenando- que aquel crezca y se desarrolle, "que despegue" en suma. Y todo eso con la colaboración de una burguesía local que controla los cargos políticos, el ejército y la policía y que ha mandado a sus hijos a estudiar a la metrópoli para "aprender".
Total: el país en cuestión cada vez se adeuda más con el exterior (la deuda de los países pobres o se condona o nunca acabará de ser pagada) y no acumula capital, ya que el escaso que queda en él, es atesorado y pasa a engrosar las arcas privadas de la burguesía local y no repercute en la economía que está dirigida desde fuera. Y aquí entra la falacia de la "renta per capita". Desde los organismos internacionales se valora a los países por ésta, cuyo cálculo es un término medio, cuando en la mayoría el 90 por ciento de la población no tiene nada y el 10 por ciento lo tiene todo.
Y todo ello dirigido por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional donde las decisiones de concesión de créditos tienen mucho que ver con los intereses de los grandes y además este organismo dirigido por personajes como el defenestrado de marras, que es un pudiente (en catalán "podent" se pronuncia "pudent") que se llama a sí mismo socialista.
¿Y España, que pasa con España? ¿por qué ha conseguido superar la barrera del subdesarrollo, si toda la vida hemos sido un país convulso, lleno de mangantes y gamberros históricos? España, digo, país cuya política a lo largo del siglo XIX estuvo condicionada por nuestras potencias vecinas, Francia o Gran Bretaña (según ganara el PP o el PSOE de entonces), que siendo enemigas entre si, colaboraron para que no levantáramos cabeza (por ejemplo: nuestro enemigo Napoleón y nuestro "aliado" Wellington destruyeron infraestructuras por igual en la Guerra de la Independencia y además adrede, con visión de futuro).
Sin embargo, resulta que en España hubo dos momentos de acumulación originaria de capital que nos salvó. Uno con la repatriación de capitales de Cuba, tras el Desastre del 98; otro con los beneficios de la ventas de productos a los países beligerantes durante la 1ª Guerra Mundial (que se lo pregunten a Juan March).
Sí, pero donde fueron a parar esos capitales ¿por qué el hambre generalizada del 36 que nos condujo a la Guerra (in)Civil? La cosa está muy clara. Los capitales que se acumularon a principios del siglo XX no se invirtieron en eso que hipócritamente se denomina ahora "crear riqueza" (ojo, crear sí, repartir no) de hecho se guardaron en el "calaix" o en "sa cova des lloc", o en Suiza como sabe muy bien el hijo banquero de su padre ídem.
....O se invirtieron en financiar la guerra del General.
Total que entre República inestable, Guerra (in)Civil), Guerra Mundial etc., hubo que esperar a 1959, año en que el Plan de Estabilización de López Rodó y compañía en un momento de auge económico internacional, para que se obrara el llamado "Milagro Español de los 60", que no fue tal, sino liberalización de una economía antes asfixiada por el régimen al que no le quedó más remedio que ceder si quería mantenerse en el poder, y la consiguiente afloración de capitales "dormidos" durante años por voluntad de sus dueños y que ahora encontraron un momento favorable para hacer negocio.
Total: Despegue económico hacia el desarrollo, sin hipotecar nuestra soberanía, evitando que las multinacionales entraran a saco. Bueno, en realidad las multinacionales entraron, pero no a saco.
Algunos se lo podrían haber pensado antes y nos hubiéramos evitado "las maniobras" del 36.
¡Ah! Y lo del "Sistema" tiene mal arreglo.