Pierre Daninos es un conocido escritor francés que dejó para la historia la siguiente afirmación: "Los ingleses inventaron la sobremesa para olvidar la comida". Daninos, autor de los famosos "Comentarios del Mayor Thompson", un libro hilarante que retrata ácida e irónicamente las diferencias culturales y costumbristas entre los ingleses y los franceses, quizás exagera algo. Naturalmente él sólo expresa su punto de vista como francés militante aunque otros ingleses, por ejemplo W. Somerset Maugham, también afirmaron que: "Para comer bien en Inglaterra hay que desayunar tres veces al día". Bueno, ahí queda.
Es cierto que la cocina británica no es especialmente reconocida en el mercado gastronómico mundial. Muchos de los guisos tradicionales (del país que acostumbra "aislar al continente") pueden llegar a ser muy pesados aunque no por ello toda la comida británica apechuga con la fama de ser incomestible. Hay platos muy aceptables.
Obviando las tradicionales empanadas de carne, las diferentes carnes rojas, los pescados, el "Sheperd's Pie", el "Roast Beef & Yorkshire Pudding", etc, la cocina británica actual está en parte muy influenciada por los productos exóticos importados de sus peripecias coloniales. Parte de sus fogones adulan hoy los estilos alimentarios de "abroad" (cocina india, thai, china) que utilizan profusamente los ingredientes más picantes (especias y currys) procedentes de sus colonias (o ex - colonias).
La restauración es una buena pista para identificar a un país o a un territorio y también para conocer su historia y su idiosincrasia. Ese ejemplo de Gran Bretaña lo demuestra. Su historia colonialista está bien presente en su alimentación actual. La comen cada día. Y lo mismo sucede con la mayoría de los países del mundo.
Menorca también da pistas de su historia a través de su gastronomía actual. Más allá de las coincidencias con la cocina mediterránea que comparte con muchos de los demás territorios que circundan este mar, nuestra isla se determina también por las herencias gastronómicas de los pueblos que la han dominado en los últimos siglos. De hecho, la Menorca de hoy es producto directo del siglo XVIII y también lo es buena parte de su actual cultura alimentaria que ayuda a formar su identidad y su personalidad. Para desilusión de algunos, no son tradicionales aquí la "esqueixada", los "calçots", las "mongetes amb botifarra", el "xató", la picada, el "empedrat", etc.
Los franceses sí nos dejaron recetas suculentas al tiempo que exportaron al mundo una salsa que descubrieron aquí. Las dominaciones británicas en Menorca (quizás algo mitificadas pero merecidamente recordadas con agrado por un gran sector de menorquines) nos dejaron abundantes vestigios gastronómicos: variantes frutales, cultura vinícola, platos de carnes, salsas ("gravy"), "pinxes", diversos "plum cakes", los famosos "puddings", etc. etc. etc. ¡Ah! y la gasolina personal para algunos: el gin.
Hace unas semanas estuvimos invitados en casa de una amiga inglesa y su pareja, un alemán. Ambos (como tantos otros europeos que viven en Menorca desde hace muchos años) conocen bien la isla y se sienten y actúan como menorquines. De hecho, son mucho más menorquines que algunos (pocos) de los nacidos aquí que, perturbando nuestra historia, más bien tienden a sentirse oriundos de tierras situadas a 45 minutos de avión. Aquella comida fue una mezcla de las influencias que ha tenido la isla. Excelente.
Cuando una cultura domina un territorio le aporta sus características gastronómicas, artísticas (arquitectura, construcción), etc. La infraestructura de la idiosincrasia social de la Menorca de hoy se debe a su siglo XVIII y al mantenimiento de unas características culturales propias bien definidas y bien conservadas incluso durante el franquismo.
Si Daninos viviera podría escribir ahora unos nuevos "Comentarios del Mayor Thompson" para resaltar, también irónicamente y tal cual se merecen, las habilidades de algunos para convertir en pensamiento algo que en realidad es sólo una patología que pretende substituir la personalidad menorquina por otra ajena a la nuestra.
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Nota:
- Agradezco a unos amigos la felicitación por haberme "mojao" en su día y haber acertado el resultado del Congreso socialista. Creo que "era bolla vista" conociendo a socialistas de varias autonomías que detestan al PSC. El resultado de la particular "guerra de los Rose" que se libró en Sevilla se ha decantado finalmente a favor del marido. ¿Habrá reconciliación o divorcio definitivo?
- Bye, bye, Whitney.