Me alegró conocer, por medio del diario "Menorca", que la lectura del acta testamentaria de D. Camestortes, E.P.D., se llevara a cabo, cuerpo presente, en el Teatro Principal de esta ciudad. En el documento fotográfico se observa un buen grupo de plañideras, que por vez primera acudieron al duelo con un rojo clavel, cosa mai vista.
El que se reviviera la fiesta en el coliseo mahonés, después de tantos años de celebrarse en otros lugares, lo veo positivo, se había hecho toda la vida, ignoramos por qué se dejó de celebrar en el lugar más adecuado y más nuestro que cualquier otro.
Curiosamente, en estos días de carnaval, venía siendo el tema por excelencia. Todas las mañanas al bajar la leche a la tienda de comestibles de na cadireta coixa, se hablaba de lo mismo, tal cual un disco rayado. ¡Qué pena de teatro!
Somos diferentes, lo dije, lo digo y si Dios quiere lo diré tantas veces sea posible. Son cosas que no se comprenden. Nos subimos al tren que iba velozmente, lo hicimos deprisa y corriendo, los mandamases de la cosa decidieron a la vez que ordenaban que debíamos ser europeos, y lo somos, pero a pesar del logro, ¿lo fue?, continuamos con lo del refrán: Genio y figura hasta la sepultura. Los mahoneses somos diferentes al resto de los europeos, siempre tan conservadores de sus cosas. Noltros no. Jamás valoramos lo que heredamos de nuestros mayores. Antes bien, todo lo contrario.
El Principal, el más antiguo de España, se ha convertido en un teatro para sentados. Valga la redundancia. Lo dice el mayoral, y nosotras también, el filatero, l'amo, madona, y de disponernos a recoger firmas, llenaríamos tantas hojas que no cabrían en uno de sus palcos. Palcos que llenaban familias o grupos de amigos, y que por alguna nueva regla de tres, en la actualidad, se deben compartir con extraños, modalidad que no té ni cap ni peus.
Otro dato difícil de comprender. ¿Por qué se inutilizaron los asientos laterales de primera fila, del tercer piso, haciendo invisible el escenario? Un disbarat com unes cases. A lo que se unió una de las clientas de sa botiga, cansada de preguntarse por qué no se celebran los bailes de carnaval, los de toda la vida. Tan solo tiene ochenta y pico de años, su abuela le explicaba que de pequeñita su padre la cogía en brazos, haciéndola bailar al ritmo de polca. Se volvió mayor y siempre junto a la familia celebraron las fiestas más significativas del calendario en aquel lugar. Y tal cual se crio ella, la historia se repitió con sus hijas/os y mas tarde sus nietas. Estas a ritmo de twists, rocks, intercalando la música de siempre, haciendo que todos se encontraran en aquella gran pista. Hubo otras fiestas, otros encuentros, los bailes de estudiantes, de las modistillas, y la de San Eloy, con los jóvenes y no tanto celebrando el patrón de los bisuteros. los bailes de muñecas desde los años veinte del pasado siglo. El de Nochebuena y Fin de Año. Otros tendrán en mente los populares del vermouth, al mediodía, de domingos imborrables.
El arrinconar las butacas a los laterales no representaba esfuerzo alguno, se hacía en un santiamén. Dando paso a su colocación para recibir a la clientela del cine. Hi havia vida per tots i per tothom. Hoy, dispone de una inclinación que no encuentro comentarios. Se va fer amb es peus.
La conversación entre unas y otras se derivaba por estas estrofas, cuando una anciana, que hacía un rato escuchaba i no deia res, de pronto intervino diciendo: De qui devia ser sa idea de clavar ses butaques? Esto mismo se preguntan muchos de los mahoneses, amantes de las antiguas costumbres, que nos vemos supeditados a pasar por las ideas foradades de los que se creen ser los amos y dueños. Butacas clavadas i per avall Paco.
Nos preguntamos. Si nuestro teatro pertenece al Ayuntamiento, ¿cómo es posible que se aceptara la obra que se hizo? ¿Acaso los responsables, digo alcalde, concejales… no valoraron lo que representaba para el pueblo de Mahón? ¿Cómo fue posible que permitieran tal disbarat? Según el comentario general, lo fue, i d'un bon pas.
Cada vez que hablamos del tema, Quica se ve precisada tomar una de sus pastillas para la subida sanguínea, otra para el colesterol y una taza de té de sanguinaria. Mientras, el filatero supera el soponcio con una cucharada sopera repleta de azúcar fundida en la milagrosa Agua del Carmen, i que Déu faci més que noltros.
Tengo entendido que en todos los teatros de ópera de las principales ciudades europeas se conmemoraran infinidad de actos. La fiesta más conocida y popular es la que se celebra todos los años desde 1877 en el Teatro de la Ópera de Viena, conocido por el baile de la Ópera, con la presentación en sociedad de las jóvenes debutantes. Bailando el vals vienés por excelencia, acompañadas de jóvenes, siendo admiradas por familiares y una sociedad digna de mención.
No es que pretenda que aquí se haga lo mismo, pero sí el poderse reunir las familias en fiestas tan señaladas como las más arriba citadas. ¿Qué pasa? Nuestro primer coliseo en importancia de la isla, tan solo sirve para audiciones, musicales, conciertos, óperas, ballets, teatro. No, señores, no, la cosa no debería ser así. No lo había sido jamás y no entendemos el porqué del cambio.
Al llegar a este punto repleto de interrogatorios a los que no encontramos respuesta, recordamos varias charlas referentes al tema que nos ocupa, mantenidas con dos prestigiosos arquitectos, paisanos nuestros. Mientras, mi admirado Villalonga subió al cielo sin comprender por qué condenaban el patio de butacas. Al preguntarle por la entrada, con las enormes cristaleras, tal cual un mostrador, al estilo Sepu o Almacenes el Águila, por no nombrar firmas actuales, siempre recordaré su respuesta con voz dolida… ¡Un monstruo! Y miren ustedes por dónde, lo mismo me respondió Seguí, de grato recuerdo. Nos solíamos encontrar con frecuencia y hablábamos de lo mismo, des disbarats des teatro, añadiendo el entorno de la ciudad. Ellos, como hombres facultados para opinar del tema, me daban la razón.
La última vez que hicimos una xerradeta, ambos de regreso a nuestros respectivos hogares, tira petit per es camí des Castell, con su sencillez, añadió… no importa sebre masa, per donar-te compte que han fet malbé es teatro, no han tingut en compte que era patrimoni des mahonesos.
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