El coche no es bueno ni malo, como no lo es la televisión, un móvil o una consola de videojuegos. Otra cosa es el uso o abuso que hagamos de estos distintos artefactos. Esto viene a cuento sobre el eterno debate que existe sobre la convivencia pacífica entre automóviles y peatones. En este tema pasa como en el de la educación a nivel estatal, cada nuevo gobierno que entra quiere hacer una normativa nueva. Este es el caso de Maó, que está tomando una serie de medidas para mejorar -o empeorar según de donde vengan las opiniones- el tráfico. El pasado fin de semana se ¿celebró? la Semana Europea de la Movilidad. Y en los actos programados hubo propuestas para todos los gustos.
Personalmente, creo que hay que racionalizar la utilización de los vehículos a motor y adoptar medidas para ello (la concienciación de momento no surge mucho efecto). Sin embargo, también creo que tengo todo el derecho a desplazarme con mi cuatro ruedas y exigir plazas de aparcamiento (sean o no gratuitas). Aquí es donde recurro al dicho tan americano: "Yo pago mis impuestos".
Por otra parte, me molesta un poco, o mucho, cuando las autoridades locales "disparan" al conductor. Yo les recordaría que los automovilistas contribuimos bastante a la caja municipal sea desembolsando euros o abonando las sanciones. Ay, las multas. A mí me parece que en esta época de crisis se ponen más. Será pura casualidad.