Los chicos no vamos en pareja al cuarto de baño por el bien de la humanidad. Así de sencillo. Desde el origen de los tiempos los hombres nos hemos preguntado un montón de cosas sobre las mujeres mientras que ellas han hecho lo mismo. ¿El objetivo? Descubrir cómo funcionamos unos y otros y, para qué negarlo, poder luego manipularlos a nuestro antojo. En un honrado ejercicio de mediación daré un primer paso para acercar posturas en una guerra más o menos amigable. Si dos hombres coinciden sentados al unísono en sus respectivos inodoros y en una misma sala, al cabo de cuatro estrujones y seis 'pedetes', la zona debe catalogarse como catastrófica y probablemente carezca de vida durante un buen periodo.
Saber qué y cómo piensan las mujeres es un arma de doble filo. Acostumbrados a los 'Si' que evidentemente son 'No' o al terrorífico y lapidario 'Tú sabrás' que lejos de significar falta de interés connota una amenaza apocalíptica cuando responde a una pregunta tan sencilla como "¿Puedo ir a tomar una caña con los amigos?", o similares. Sálvese quien pueda si la cervecita en cuestión acaba, entre pitos y flautas, en una farra de esas que se clausuran con un bocata de albóndigas y un colacao cuando sale el sol.
Creo que los hombres hemos estado hábiles esquivando las mejoras evolutivas que acompañan al paso de los años. Vamos, que seguimos siendo más simples que el mecanismo de un chupete. Cuando decimos 'No' quiere decir '¿Qué más da lo que te diga? Sabes que acabaremos haciendo lo que tú quieras' y cuando nuestra respuesta es 'Si' pues lo mismo. Rendimos pleitesía al enemigo por comodidad y, bueno, para evitarnos tener que ir a dormir al sofá.
Nosotros no nos complicamos en exceso, optamos por una existencia más plácida y tranquila. Está claro que de tanto en tanto 'pixam fora de test' porque ni evolucionamos ni aprendemos de nuestros errores, pero sigue habiendo algo en nosotros que nos hace monos y, por suerte, algo imprescindible, ni que sea para utilizarnos de almohada los domingos por la tarde cuando en Antena 3 enchufan un tostón de película que funciona de lujo como somnífero.
A mí me parece que ya nos viene bien este pequeño combate diario y que no nos entendamos. Sazonar una relación con algún roce une y te permite vivir al límite. La física dice que los polos contrarios se atraen. Aunque cuidado si dos hombres coinciden en el lavabo...
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