Ya es un hecho probado: la serie "Cuéntame" no es un relato de cómo vivíamos en el pasado sino una crónica de cómo viviremos en el futuro. Podemos decir sin lugar a dudas que Imanol Arias protagoniza una serie futurista. La serie debería cambiar su titulo original "Cuéntame cómo pasó", por "Cuéntame lo que va a pasar".
Por si alguno de ustedes alberga dudas sobre esta afirmación, les animo a mirar por la ventana. Abandonen por un instante el sofá y den una vuelta por las calles de su barrio: verán que está lleno de Alcántaras.
En este viaje espacio-temporal los protagonistas de "Cuéntame" no están solos. Si repasamos la parrilla de TVE, la llamada sarcásticamente 'tele de todos', veremos que les acompañan personajes sacados del baúl de los recuerdos: así ha recuperado series como "Brigada Central" (otra vez Imanol), "Ana y los siete", con la excelente guionista y mejor actriz Ana Obregón, "Curro Jiménez" con el desaparecido Sancho Gracia, "Verano Azul" con sus silbidos en bicicleta y su inolvidable Chanquete, etc. Series todas ellas de rabiosa actualidad, donde se repasan con seriedad y rigurosidad los acontecimientos recientes vividos en este país.
O acaso alguien duda de que al precio que va la gasolina no volveremos a montar a caballo como el histórico bandolero, o de que el hecho de que una stripper sea la canguro de una familia pija y ñoña no es el fiel retrato de una familia cualquiera española, o de que veranear una semana en Nerja o Benidorm es la máxima aspiración de ocio para miles de familias, etc.
Pero lo que hace que la caja tonta sea aún más tonta no son sus series de actualidad, sino sus informativos convertidos en NO-DO. Ya conocen la larga lista de periodistas y profesionales despedidos del ente público para contratar en su lugar a pelotas afines a un ideario o a familiares de políticos con mucho poder. Es lo que hay: el gran cantante Bertín Osborne, sí, el mismo que declaró que Francisco Camps era "un tipo honrado que se viste por los pies", ha sido contratado para presentar un programa titulado "Un mundo Mejor". Sin comentarios, juzguen ustedes mismos.
Es de suponer que si la publicidad regresa a TVE lo haga con espots igual de vanguardistas y rompedores que sus programas: la canción del negrito que nos traía el cacao del África Tropical, los anuncios de lavadoras para la perfecta ama de casa, el coñac que es cosa de hombres, un señor en helicóptero que baja al patio de un colegio para ofrecer margarina a los niños, una señora escotada buscando a un tal Jacq's, anuncios de tabaco o alcohol, un señor con traje gris que nos dice que busquemos y comparemos y que si encontramos algo mejor lo compremos, etc. Vamos, todo un derroche de modernidad, como un retrato nítido del país profundamente democrático y vanguardista en el que nos estamos convirtiendo.
Así que ya saben, queridos lectores, no se preocupen por si su tele es de plasma, de alta definición o en tres dimensiones, ya tenemos aquí la televisión del futuro, y es en blanco y negro y con dos rombos, faltaría más.