El anuncio de la cesión de uso del Lazareto al Consell es una excelente noticia para Maó y por extensión para toda Menorca. Después de años de reivindicación, y a falta de concretar diversas cuestiones, el acuerdo alcanzado a tres bandas entre las administraciones central, autonómica e insular supone un éxito que aleja los fantasmas de un posible deterioro, ya que en 2012 se cerró la residencia vacacional para los funcionarios del sistema público de salud, al tiempo que abre la puerta para que este histórico enclave del puerto se convierta en un proyecto emblemático para la Isla. El marco incomparable de este conjunto del siglo XVIII ofrece numerosas posibilidades y un evidente atractivo que puede contribuir a desestacionalizar la temporada, sin que ello suponga una utilización turística.
Una vez se haga efectiva la transferencia, el reto de la institución insular será diseñar un plan que implique al sector privado, ya que el coste de organización y mantenimiento de los fines a que se destine el Lazareto es difícilmente asumible en solitario. El primer obstáculo -la cesión- ya se ha salvado. Ahora falta que la sociedad civil dé un paso al frente para poder aprovechar todas las potencialidades que tiene este espectacular recinto.