No voy a negar que tengo muy poca confianza, o ninguna, en que estas pocas palabras sirvan para cambiar el estado de cosas a la que nos han llevado nuestros burócratas y políticos, que son los que tienen en gran parte en sus manos la capacidad de cambiar el actual "status quo" de inacción y declive del Puerto de Mahón. No obstante, no me privo de lanzar esta llamada de atención y auxilio.
Creo que es incuestionable entender que el Puerto de Mahón es un decisivo factor y medio de desarrollo económico, con capacidad de crear riqueza, renta, empleo e impuestos, no solo para Mahón y Es Castell, sino para toda la Isla. Actualmente su situación es deplorable con la caída del tráfico marítimo y de cabotaje; amarres de yates y embarcaciones casi todo el año sin ocupar; una Base Naval vacía de contenido y más folclórica que nada; sin saber como acabará Cala Figuera; villa Venecia ahora en manos de la Autoridad Portuaria sin uso y en decadencia; Isla del Rey (o del Hospital) que solo la iniciativa popular mínimamente la saca de su derrumbe; Isla Plana abandonada; El Lazareto que nadie sabe lo que finalmente se va ha hacer con ella, y dos monumentales ruinas como el antiguo y esplendoroso Restaurante-Hostal Rocamar y Hotel Miramar en progresivo deterioro y siempre mala imagen victimas de exigencias urbanísticas inasumibles.
Bien es cierto, que la larga crisis económica que padecemos, ha obligado a cerrar varios negocios antes ubicados en el Puerto. Pero desgraciadamente esta no es la única causa de su claro declive, sino que a ello está ayudando, en igual o mayor medida, la extraordinaria losa de leyes, normas, reglamentos, etc. que van emitiendo toda una serie de organismos públicos con competencias en el mismo, de tal suerte que el pobre administrado que intenta hacer algo, o abrir un negocio, se encuentra con que si por fin alcanza la autorización de uno de los entes a los que hay que pedir permiso, se le hace siempre con la coletilla de " sin perjuicio de los otros organismos competentes", y ahí entramos en la larga travesía del desierto en la que parece que ni nos bastarán los 40 años que necesitó Moisés para liberar al pueblo de Israel, ya que lo que autoriza uno no vincula al otro, y cada cual tiene su especial concepto de interpretación de las leyes y lista de trabas ( instancias, planos, proyectos, memorias, estudios ambientales, etc., etc.) que tienen que sortear los ciudadanos que osan presentarse ante la gran ADMINISTRACION PÜBLICA, lo que a la postre significa extraordinarias demoras, gastos excesivos y muchas veces resoluciones finales negativas o abandonos de los interesados por agotamiento y desilusión.
Pero no es solo lo anterior, sino que otro tanto pasa con los permanentes conflictos entre los propios organismos públicos competentes, que a la vista está, son incapaces de alcanzar acuerdos, al permanecer empecinados en defender las murallas de sus territorios como si Reinos de Taifas fueran, cuando lo sensato, lo debido y necesario para el Pueblo, al que nacieron para servirle, es que se rijan por el fin del "bien común", y si para ello hace falta transigir en alguna de sus posiciones, que lo hagan. El ejemplo lo tenemos en el Plan de Usos del Puerto de Mahón que desde años infinitos se viene oyendo de él, sin que hasta la fecha se haya podido consensuar el mismo.
Lo importante no es que un político o funcionario gane su particular batalla, sino que se sirva al ciudadano que le está pagando su sueldo con sus ahora crecidos impuestos. Otro tema que se añade al conflicto son los grupos políticos o de presión, que defienden a ultranza el territorio, promocionando en definitivas cuentas la inacción. El ejemplo lo tenemos en el tan traído y llevado tema de los lodos, que si no estoy equivocado ha acabado en contienda administrativa o judicial, de la que gane quien gane en definitiva pierde la economía de la Isla, y todo ello bien porque: o en el proyecto técnico no se ha previsto el cumplimiento de las normas medioambientales aplicables al caso-si es así mal por los impulsores del proyecto-, o porque se utiliza el posible defecto como elemento de desgaste político del contrario-si es así mal también-, ya que en definitiva pierde el Puerto, disminuyen los cruceros, se reduce la actividad negocial, etc. y todos nosotros detrás. No hace mucho escuche que alguien decía que el Puerto de Mahón es ¡una perla¡, si pero todavía dentro de la ostra, en el fondo del mar y debajo del lodo, y así nadie la disfruta ni la sociedad obtiene el debido rendimiento o provecho de la misa.
Otra barbaridad a mi entender, es que una buena parte de las obras de infraestructura portuarias se han hecho a base de comerse la lámina de agua, estrechando la natural anchura del Puerto-como en la zona de la Colàrsega-con lo que se ha reducido el espacio de maniobra en una zona ya de por si angosta, y obviamente dificulta los movimientos de las naves. No soy Ingeniero de Caminos pero no creo que el coste hubiera sido muy diferente, si en su lugar se hubieran utilizado y aplanado los terrenos adyacentes para la construcción de las necesarias explanadas para la operatividad portuaria. Al menos así resulta evidente en la zona del Cos Nou.
Lo anterior viene a cuento de que ahora se está hablando de construir "duques de alba" y utilizar la zona de la Base Naval para fondeo de grandes yates, que bien venido sea si esto da vida comercial e industrial al Puerto, pero que no nos quiten más lámina de agua. Por otro lado, y sin entrar en el manido tema de que nosotros no disfrutamos de los servicios ferroviarios peninsulares que también se financian con nuestros impuestos, creo que si es del todo lícito pedir a quienes detentan el poder, que entiendan que no todos los Puertos son iguales y que si bien los grandes como Barcelona, Valencia, Málaga, Vigo, etc. tienen que cubrir sus gastos como exige la normativa, y competir entre ellos para captar clientela y tráfico, los pequeños pueden y deben tener un trato diferenciado ya que no siendo iguales nunca podrán competir con los grandes ni tener sus ingresos, por lo que es de justicia que no se les exija la autosuficiencia económica, y precisamente si se les permite su desarrollo económico generaran riqueza y carga impositiva que paliaría el déficit de su gestión portuaria si fuese el caso..
En definitiva, lo que a estas alturas entiendo imprescindible es que la sociedad civil exija a políticos y burócratas, que sin más palabrería y demora, aúnen y unifiquen su trabajo y normativas, eliminando duplicidades, y que entiendan que su razón de ser es servir a la población no hacerle la vida más difícil o dejarla en medio del fuego cruzado que mantienen entre ellos, propiciando el desarrollo social y económico de la sociedad eliminando normas inútiles o creando las necesarias a dicho fin.