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Con derecho a réplica

Ya no queda ni París

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Es increíble la velocidad a la que se han ido derrumbando todos los referentes. Todos los asideros desaparecidos en combate. Tras el letargo que dan las burbujas inmobiliarias y las teles de plasma el guantazo fue brutal, el guantazo es brutal.

Y ha dado por casi todos los lados, ha resquebrajado casi todo lo resquebrajable, ha roto todo lo rompible, ha provocado dolor y sufrimiento a todo el que podía provocar dolor y sufrimiento y más allá. Sin balas pero con miseria muy honda, muy crónica, muy lacerante. Los muertos no reciben un disparo en el pecho, los muertos reciben una orden de desahucio, los muertos reciben el número tropocientosmil en la lista de espera para operarse, los muertos reciben una carta de la universidad diciéndoles que no vayan más, los muertos reciben un «o lo haces tú por cuatro duros y te callas la boca, o fuera tengo millones esperando para dejar de ser parados y pasar a ser felices explotados», los muertos reciben una nota oficial negándoles la silla de ruedas, los muertos reciben una gala benéfica y una pegatina en el pecho el día de la Erradicación de la Pobreza, los muertos molestan y como se muevan se les dispara con balas de goma, de momento.

Y como Menorca es pequeña muchos creían que la tormenta pasaría de largo. El lunes daban chuzos de punta y tramontana fuerza que da miedo para el domingo, pero según pasa la semana los chuzos son llovizna y la tramontana una ligera brisa, al final el domingo todos a espárragos o a setas, depende de la hoja del calendario.

Sin embargo está tormenta tocó de lleno y hace recordar otros tiempos de mucha piedra y mucha emigración, a Uruguay tal vez a montar pastelerías. Y hablan, poco lo sé, de unas 1.500 personas que pasan por los comedores sociales de la isla. Y hablan de unos 7.000 parados que no encuentran curro o encuentran tres meses de temporada por el sueldo mínimo y la mitad en negro, algunos siguen los consejos de la patronal a rajatabla : «esclaviza a tu currito y vende marca España con un par».

Algunos todavía buscan el consuelo porque no se lo quieren creer. Algunos piensan que a los comedores sociales solo van los emigrantes. Algunos creen que el paro es irreal porque todos curran en b, y lo saben de primera mano y lo argumentan con soberbia, porque ellos tienen un vecino marroquí que va a Caritas pero todos saben que poda palmeras en negro y que conduce un buen coche. Y ese vecino marroquí les sirve para dormir su conciencia y vivir en una pecera. Como vi a un negro robar, todos los negros del mundo roban. Como vi a un pelirrojo tocar la flauta travesera con virtuosismo, todos los pelirrojos del mundo son maestros con la flauta travesera. Ven, queridos lectores, que fácil.

Algunos todavía buscan la solución en viejas formulas, en las viejas fórmulas que nos han traído hasta aquí. Brillante idea, como el ladrillo desmesurado, el cemento sin compasión y el monocultivo al turismo me trajeron hasta aquí, pues ¡tachan tachan! para salir de esta aplicaré: más ladrillo, mas cemento, mas poner todos los huevos en la misma cesta, más de lo mismo, más de lo de siempre, más ruina.

Y ya no queda ni París, Joan. Y ya no queda ni París, Joana, porque París se ahoga entre humos tóxicos de polución que tapan la torre del amor. Pero esto es Menorca y si el chapapote o las rotondas no acaban enterrando hasta las antenas de Monte Toro, igual nos podemos dar un bañito en cala Pilar y sonreír por la suerte que tuvimos al conservar nuestra isla como un referente.

conderechoareplicamenorca@gmail.com

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