Si nos organizamos bien, cabemos todos. Solo hay que tener un poco de paciencia, tolerancia y, por encima de todas las cosas, buen humor. Estos días de agosto en los que tenemos la sensación de que Menorca ha quintuplicado su población porque no hay quién aparque o porque parece que hay más coches que personas, vendría de lujo que el Consell Insular, el Govern Balear o el mismísimo Ministerio de Magia editara una guía para limar las asperezas que brotan entre los nouvinguts y los que tiramos del carro en Sa roqueta todo el año. Para evitar las clásicas broncas entre turistas y locales que se repiten cansinamente año sí y año también. Comentan que la Unesco les ha cogido tanto cariño que plantea declararlo bien de interés nacional y cultural. O casi.
El caso, apreciado visitante, es que me gustaría comentarte unos aspectos para intentar mejorar en el bien de esta, nuestra comunidad. En Menorca, por más que maldigas y te empeñes, no vamos a un ritmo lento, el problema es que tú vienes acelerado. Aquí, a falta de autopistas y más rotondas, el límite de velocidad impuesto por l'Amo En Xec de S'Ullestrar -para que lo entiendas, nuestro oráculo- es el xino-xano, que no consiste en ninguna velocidad en concreto sino en preocuparse más por llegar al destino que por ser el primero en hacerlo.
Puede que te dé la sensación de que los menorquines somos cerrados pero en realidad no es así. Lo que pasa es que con el tiempo nos hemos vuelto muy selectivos y decidimos con quién merece o no merece la pena perder el tiempo. Aunque afortunadamente muchos seguimos armándonos de paciencia y de una buena sonrisa para que tú no notes que lo que nos dices nos importa una media de entre poco y muy poco. O una mierda, directamente. Aunque no lo creas, no es cierto todo lo que dicen las guías, por mucho que te hayan costado 40 euros, un riñón y sean «lo más. Osea».Por ejemplo, no son las Coves del soroll, por más que tu mejor amigo del alma lleve diez años veranenado en la Isla y te lo haya asegurado. Eso lo único que demuestra es que a tu amigo se la sopla Menorca y su encanto. O sea.
El simple hecho de que hayas pagado un billete de avión y su correspondiente hotel, coche de alquiler y demás, no te da derecho a tener la razón. Antes que tú han venido muchos y después de ti seguirán viniendo igual.
Para acabar, deja que te dé un consejo. Estás de vacaciones, no te enfurruñes por tonterías. En Menorca nos gusta decir «el que se enfada tiene doble trabajo, enfadarse y luego desenfadarse». Bones festes de Sant Llorenç.