Me apoyo en esta columna para no caer a causa de la velocidad vertiginosa que me rodea. Velocidad de fibra óptica y de vídeo viril. En Fuenteovejuna ya no van todos a una, sino que cada oveja va con su pareja; y si no estás conmigo, debes estar contra mí. Si no te gusta lo que ves, zapeas… y a otra cosa, mariposa. Realizamos un itinerario personal e intransferible por el magma de informaciones que nos llegan desde los canales más diversos. Hasta que nos detenemos absortos, sin saber muy bien por qué, en aquella noticia o comentario que nos llama la atención o que nos rescata por un momento de la insoportable monotonía del sensacionalismo imperante. Te da qué pensar. Luego intentas encajar todas las piezas para ver si algo tiene sentido.
Falta comprensión lectora, o comprensión a secas. Profundidad, análisis, contraste, diálogo, crítica, esfuerzo por entender, anhelo de compartir… así que el mundo se ha vuelto sencillo, diáfano, fácil de clasificar y de abarcar, aburrido. Nos cuesta aceptar puntos de vista diversos, dar parte de razón y aprender de los que saben. No fomentamos la creatividad sino la literalidad. Mejor exprésalo con tus propias palabras y dame tu opinión. El placer de leer reside en el interior. En las palabras que no caen en el vacío, sino que producen reacciones químicas explosivas. Pueden dar lugar a una vida bastante diferente de los compuestos iniciales que ponemos en contacto.