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Així mateix

Tarradellas tenía razón

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Que algunos políticos separatistas catalanes se hayan dedicado a la soflama casi como quien ejerce un ministerio en el asunto separatista, en vez de preocuparse por el bienestar de sus votantes, siendo por ejemplo austeros en sus privilegios y modelos de una gestión honesta y no como aquél otrora molt honorable que junto a su círculo familiar han acabado en boca de todo el mundo por todo lo contrario ¡Pues óigame! Allá ellos. Aunque a estas alturas de la película cueste un verdadero esfuerzo creerse aquello de que la justicia es igual para todos, viendo este clan tan libres como pajarillos en el ancho mundo.

En ese asunto del separatismo o secesionismo, para mí tengo que cuando los políticos y afines del catalanismo independentista promulgan este opción, no se gastan ni un minuto de su tiempo en exponer también, todo lo que eso supone de perjudicial, más al contrario, como acaba ahora mismo de ocurrir, surge un «torpe iluminado» a la par que «indocumentado», y sin la prudencia exigible en un político aparte del sentido común que se le supone, lance a los cuatro vientos esa ocurrencia virtual de los países catalanes. Y digo bien al decir virtual, porque los países catalanes en puridad no existen más que en la mente expansionista de algunos como el Sr. consejero de Justicia de Artur Mas, que ha venido a proponer que un hipotético estado independentista, dé un pasaporte catalán a los ciudadanos de Balears, Comunidad Valencia, parte de Aragón y de Francia, al mejor entender del sr. Gordó, don Germán, en una conferencia dada en Prada de Conflent (Francia). Esa gran Cataluña a la que él se refiere, incluye: «la Cataluña norte (el Roselló y parte de la Cerdanya), el país Valenciano, toda la franja, toda la zona fronteriza con Aragón y Balears». ¿Cabe majadería mayor? Sr. Gordó: Valencia, Balears, Aragón, el Roselló y la Cerdanya serán lo que ellos quieran ser ¡faltaría más!, y le añado, quiero y admiro a Cataluña por lo menos tanto como la pueda admirar y querer usted, pero soy profundamente menorquín, Siendo consecuente con ese inmutable principio, jamás seré catalán, como imagino que usted siempre será catalán y bajo ningún concepto menorquín, valenciano, aragonés, etc.

Siempre habrá quien porque habla el menorquín, se crea en la obligación moral por vínculo lingüístico de defender el catalán, intentando además gratuitamente catalanizar a los demás, en detrimento de nuestro secular y maravilloso menorquín. Salvadas sean todas las distancias, es como si yo escuchando hablar en castellano o español a un cubano, chileno, salvadoreño o boliviano, pregonase sin encomendarme a Dios ni a la Virgen, que Cuba, Chile, El Salvador o Bolivia pongo por caso, formasen hoy en día un todo en política, socialmente, militarmente y hasta sentimentalmente, formando repito un todo con España. Un dislate como poco del tamaño del globo terráqueo.

Como dijo el Molt Honorable Josep Tarradellas «en política se puede hacer de todo, menos el ridículo». Qué lástima que algunos no sigan tan acertado consejo.

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