Llega el verano y hay que tachar lo que habías planeado, toca sus vacaciones, no las tuyas como padre. Toca no hacer nada. Toca aburrirse y de ahí saldrá un barco pirata, un vals con Shrek,... un niño con el lado derecho del cerebro desarrollado para las artes. Se enciende su bombilla de la creatividad. Los padres tenemos que desaprender, dejar de decir la palabra 'no', aprender a explicarles el por qué de las cosas. Hay que transmitirles amor por el error y por la aventura. Recomendación: tener una vajilla de plástico, y que el mobiliario de casa sea barato, para que no te duela tanto el que te pinte las sillas, se le escape el pipí en el sofá, experimente con la vajilla,... si estás dispuesto a que haya un poco de indios y vaqueros en casa le estarás haciendo un favor a tu hijo. Su mente será libre, necesita estar desencorsetada de talleres, de campamentos, de idiomas, de deportes, de música... Su mente necesita conquistar por ella misma rincones desconocidos. Si todo se lo damos hecho, haremos de su mente unilateral. Los padres debemos observar y estimular, motivar, ayudarles a nuestros hijos a descubrir sus talentos.
El aburrimiento es la clave del pensamiento creativo, lo dicen los expertos, y seguro que usted también lo dice porque las ideas brillantes seguro se le han ocurrido paseando, o dándose una ducha, en momentos donde no hacía nada. Hay que romper con el estilo de vida establecido por una sociedad consumista, y competitiva. El hecho de estar en casa con los padres es muy positivo, sobre todo refuerza lazos emocionales, les da seguridad. El tiempo libre les da tiempo para que puedan pensar y de que sus ideas emerjan. También es importante que no estemos apremiándoles o aplaudiendo sus quehaceres diarios como recoger, comer, asearse, porque al final persiguen el premio y no la actividad, y esto inhibe el pensamiento creativo, el niño no estará motivado. En casos así, hay que decirles «valoro tu esfuerzo, tu dedicación». Siempre con disciplina positiva. Y algo que tenemos que desaprender mucho los padres es a no estar encima del pequeño corrigiéndoles constantemente. Hay que aprender a que ellos se pueden equivocar, y ¡qué mejor que hacerlo contigo!. Otra cosa a remarcar, es ofrecerles diferentes opciones o soluciones. Enseñarles que un mismo problema tiene diferentes enfoques. Demasiadas normas e instrucciones hay que cumplir para estar todo el día detrás de ellos indicándoles como se hacen las cosas, hay que ser flexibles. Eso es educar y criar, no todos son normas. Una cosa no quita la otra. Es decir les enseñas modales, le das valores, pero también hay que ser tolerantes en que se ensucien, en que se hagan heridas de guerra, en que experimenten.
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