La semana en la que el Govern se ha visto obligado a admitir que el 'impuesto de impulso del turismo sostenible' -la ecotasa- tiene finalidad recaudatoria y no es un tributo ecológico o medioambiental, empezó con la toma de posesión de la ibicenca Fanny Tur (Eivissa, 1961) como consellera de Cultura, Participación y Deportes. Acaba esta Semana Santa con más dudas, interrogantes, tensiones e incertidumbres con que arrancó porque «La izquierda implosiona y se agrieta» (Nekane Domblás, hoy en «Última hora»), «Los partidos de izquierda prefieren pelearse que ganar juntos a la derecha» (Miquel Payeras) y «El Via Crucis de la izquierda; el duro enfrentamiento entre Més y Podemos dificulta la salida de la profunda crisis del Govern» (Miquel Adrover).
La dura situacion de Armengol y Marc Pons consiste en que, tras abandonar precipitadamente Més per Menorca el Govern, Podemos dinamita el Pacte al exigir la destitución del vicepresidente y conseller de Turismo Biel Barceló. El partido morado marca un plazo de cuatro días, que termina mañana, segona festa de Pasqua (para el PP, el PI y Ciudadanos). Mañana es el 'día D', de dimisión, para que se vaya Barceló, tras ser acuchillado por Alberto Jarabo en sede parlamentaria. Armengol y Més quieren ganar tiempo, porque Podemos convocará al Consejo Ciudadano Autonómico, el primer órgano de decisión política, que aumentará la presión: si Biel Barceló no se va voluntariamente, reclamarán su destitución. La misma pinza que aplicaron Més per Mallorca y el PSIB-PSOE para deshacerse de Ruth Mateu.
La 'bomba Jarabo'
El portavoz parlamentario de Podemos lanzó en el Parlament la 'madre de todas las bombas' al preguntar si Més per Mallorca «había recibido donaciones de las empresas de Garau» y afirmar que «se ha creado una sombra de duda con estos contratos que está oscureciendo la imagen del vicepresidente, del Govern y de los partidos de izquierdas». Concluyó Jarabo, ante un demudado Barceló que se fue llorando de aquella comisión: «usted debe asumir más responsabilidades políticas». Una bomba de destrucción masiva de la confianza entre quienes empezaron la legislatura como socios y aliados, y hoy se enfrentan abiertamente, con acusaciones varias y reproches mutuos.
Demasiados frentes abiertos y heridas que siguen sangrando. Més ha perdido el control de Transparencia -llamada a ser uno de los emblemas de la gestión de esta formación en el tercer Govern del Pacte-, que ha pasado a manos de la consellera de Presidencia, Pilar Costa (PSOE), pero Més, en una de sus habituales fintas, quiere mantener al exdirector general de Transparencia, Miquel Gallardo. Primer escollo.
Segundo gran problema: todos contienen la respiración a la espera del avance de las investigaciones de la Fiscalía Anticorrupción, en el marco de la 'operación Alfabaguera', sobre los contratos adjudicados a dedo al estratega electoral de Més per Mallorca, Jaume Garau. Según la Unidad de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos del Cuerpo Nacional de Policía, ya ascienden a 174.000 euros. La Policía empezará a citar ahora a los responsables de esta contratación y a los adjudicatarios.
En tercer lugar, el informe de la Comisión de Ética del Govern. Concluye que estos contratos «comprometen seriamente» la imagen de objetividad e imparcialidad» en la actuación de las administraciones públicas, lo que ha provocado una «pérdida de credibilidad y confianza». PSIB-PSOE, Podemos y los dos Més saben que se necesitan, pero ya no volverán a bailar la 'conga' juntos. Según la publicación interna «Comunica Més per Menorca», ahora «el apoyo al Govern será, en muchos temas, condicionado». ¿A qué?
Fuxà: cuestión personal
En el equipo de la consellera Fanny Tur está prevista la continuidad del director general de Deportes, Carles Gonyalons, y también de la directora general de Política Lingüística, Marta Fuxà, obligada a dimitir la tarde en que Més per Menorca abandonó el Govern. Fuxà que quería seguir, votó en contra en la asamblea. Seguirá en el Govern, pero Més per Menorca se desvincula de ella.
La coalición menorquina ya no regresará a un Govern, formado por PSIB-PSOE y Més per Mallorca, donde se sienten' incomprendidos. «Nos consultó la consellera Tur y nosotros no queremos vetar a nadie. Es una cuestión personal, lo único es que Marta Fuxà dejará de estar sujeta al código ético de Més per Menorca», explica Nel Martí.
Con esta crisis, que aún deparará más cambios, Eivissa gana el peso político en el Govern que pierde Menorca. Arrancó la legislatura con la 'conselleria menorquinista', exhibida como símbolo del poder menorquinista. Ahora una ibicenca asume su gestión, con otro equipo. Al ser preguntada sobre el contrato adjudicado para el estudio de público de la Simfònica respondió Fanny Tur: «es un contrato que yo no firmé y que no sé si habría firmado».
PREGUNTAS DE LA SEMANA
¿Logrará Marc Pons resolver el desbloqueo del Plan General de Alaior de 2009 con el 'planteamiento provisional'?
¿Quién comunicó a Marta Fuxà, de Més per Menorca, que sigue como directora general de Política Lingüística?
¿Qué cambios provocará la dimisión del concejal Juan García (PSOE) en el gobierno municipal de Ciutadella?
¿Qué papel desempeñan el exalcalde Sino Carretero, de el PI, y Remi Lora, de Volem Sant Lluís, en la 'crisis de la cabras' y cómo acabará?
¿Ingresará la Fundación Hesperia más de 3,5 millones de euros con la venta de los inmuebles de la 'herencia Balada' sitos en Ciutadella?