Las técnicas de análisis del ADN se han extendido bastante y las vemos que se aplican para resolver muchos problemas de identidad de padres. Uno de los casos más recientes ha sido el caso de una señora que cree ser hija de Salvador Dalí y que ha conseguido que desenterraran al pintor para extraerle una muestra de ADN. Eso de desenterrar a los muertos a creado cierta controversia, pero en unos meses se sabrá el resultado.
Ha habido peticiones del mismo tipo a algunos de los famosos, entre ellos el rey emérito. Pero en este último caso, al estar vivo y ser rey, él se ha podido negar. El ADN es un buen test de paternidad, pero creo que aun es más seguro el resultado cuando el supuesto padre se niega a proporcionar una muestra y someterse a la prueba.
Hace unos años se hizo un estudio genético en España sobre la presencia de genes judíos en la población actual. No conseguí acceso a los estudios originales pero sí vi los resultados que se publicaron en la prensa. Lo más curioso fue que en un solo punto de España se dio el resultado cero en cuanto a presencia de genes judíos. Este lugar era Menorca.
Para los que trabajamos en probabilidades un cero es siempre un valor que pone algo nervioso. Hace falta saber cuán completo fue el estudio, qué fracción de la población participó, etc., pero aun sin saber estos detalles el resultado fue curioso. Parece que el obispo Severo fue efectivo en la eliminación de judíos en la Isla. En un sitio como Menorca en el que durante milenios han ido pasando todo tipo de pueblos, sería interesante saber sobre los ingredientes que tiene nuestro cocktail de genes. ¿De dónde venimos los menorquines actuales? A lo mejor tendríamos más de una sorpresa.
En la misma línea que estos estudios, hace pocos días, el 27 de julio, la revista «American Journal of Human Genetics» ha publicado un interesante artículo comparando el genoma de unos cuatro individuos canaanitas que vivieron hace 4.000 años con el de unos 99 individuos actuales viviendo en el Líbano. El resultado es que el 90 por ciento de los libaneses actuales pueden provenir de los antiguos habitantes de Canaán.
En la región de la antigua ciudad de Sidón, una de las más importantes ciudades de la región canaanita, desde hace casi 20 años se han llevado a cabo excavaciones por el British Museum con resultados muy interesantes. La directora de la excavación, la doctora Claude Doumet-Serhal, ha publicado varios artículos describiendo los resultados de las excavaciones y los hallazgos más importantes. Entre estos hallazgos hay los restos de antiguos habitantes de la región enterrados en grandes vasijas de barro. Algunos de estos cuerpos estaban lo suficientemente bien conservados y ha sido posible extraer las muestras de ADN usadas en estos estudios.
Sobre los canaanitas no hay información directa, es a través de escritos egipcios, griegos y sobre todo la Biblia que conocemos de ellos. En la Biblia la ciudad de Sidón se cita 38 veces y no siempre amablemente. Según el Deuteronomio, 20:16-18, Dios mandó a los israelitas destruir las ciudades de varias tribus, entre ellas las de los canaanitas, y no dejar a ninguna persona con vida.
Realmente no sabíamos lo que habría pasado. ¿Destruyeron los israelitas totalmente a estos pueblos? Ahora tenemos la respuesta: no. El hecho de que los pobladores actuales del Líbano tengan mucho en común con el legado genético de los canaanitas nos demuestra que no fueron totalmente eliminados.
Es curioso que en el caso de los cadáveres de Sidón parece que no crea ningún problema el desenterrarlos y estudiar su genética. Estos cadáveres acabarán en algún museo y puede que
incluso sean expuestos al público. Pero si es el cadáver de una persona muerta recientemente y cuyo nombre conocemos produce una reacción diferente. Al final, mejor seguir el consejo de Jesús: "Dejad que los muertos entierren a sus muertos".