Dos semanas más tarde del absurdo y vergonzoso aplauso masivo del PP en Sevilla a Cristina Cifuentes, que estaba pasando por la azarosa vergüenza de un máster trufado de mentiras, solo faltaba una grabación, siete años guardada Dios sabe en qué cloaca, porqué está prohibido hacerlo. Sin embargo, alguien pensó que a lo mejor un día haría falta. Lo qué se ve en esa grabación le causa vergüenza a un carretero y a su mula: la doña entre guardias de seguridad que le reclaman dos tarros de crema facial; el hurto ascendía a 40 euros, en una persona que ya tenía por aquel entonces un salario millonario. Qué forma de arrojar al más asqueroso muladar de la historia toda una vida política que ya queda inhabilitada per se.
¿Esa presunta choriza señora Cospedal era la misma persona que usted y su partido aplaudían a rabiar en Sevilla? Como poco deberían andar ustedes en ese menester obligado a pedir perdón a la ciudadanía por esa vaharada putrefacta que envolvió el último mes en su ejercicio de presidenta autonómica madrileña, quien tenía el deber moral de predicar con el ejemplo, y lo que ha hecho ha sido no acabar de salir de la málaga del máster para meterse en el malagón del hurto de dos tarros de crema facial ¿Cómo puede decir esa mujer que se va con la cabeza alta? Y lo del aplauso del PP en Sevilla, mayormente es lo que en Menorca conocemos como fer un paparot, algunos también dicen mostrar es cul. Se lo dejo a su elección, por más que no se pueda evitar que eso dé asco y vergüenza.