Observó, Armengol, desde su habitación en el hotel Cala Galdana aquel espejo de agua remansada, tan transparente y limpia, que constituía una tentación magnética para disfrutar del baño en la tarde primaveral del viernes. La presidenta de la Comunidad había llegado de Palma, después del Consell de Govern, y aún faltaban dos horas para que diera comienzo el acto conmemorativo del cuarenta aniversario de la Asociación Hotelera de Menorca.
En pocos minutos se zambulló en la piscina del establecimiento del Grupo Galdana y pasó desapercibida. Los clientes no identificaron aquella mujer con la primera autoridad política de Balears, y porque tampoco aún no habían llegado los fotógrafos. Sin prisas hizo unos largos y pensó en la intervención que iba a pronunciar más tarde ante los más de 200 invitados a la Gala Ashome organizada por Azucena Jiménez, Marta Febrer y David Casals. No existe foto de la zambullida ni de la posterior imagen de la presidenta siempre sonriente, envuelta en el mullido albornoz, aunque fue descubierta con este atuendo cuando, después del baño, contemplaba la panorámica de «es riu de Cala Galdana» desde el balcón de su habitación.
Intuyó, la secretaria general del PSIB-PSOE, que el presidente de Ashome aludiría a la subida del Impuesto de Turismo Sostenible -cuya tarifa se ha duplicado del 1 de mayo hasta el 31 de octubre- pero Armengol no recogió el guante. El presidente del PP balear, Gabriel Company, y la presidenta del PP Menorca, Coia Sugrañes, aguardaban la respuesta de Armengol, que después del baño refrescante aportó titulares tan novedosos como «el turismo es el motor económico de nuestras islas», «somos unas islas eminentemente turísticas», «las islas son realidades diferentes» y «el turismo es una palanca para diversificar la economía». Pero una mención a las quejas, de usuarios y empresarios, por el aumento del impuesto que denunció Luis Pablo Casals así como los «incrementos salariales muy por encima de otros convenios de otros sectores» que pagan los empresarios menorquines tras ser aprobados por el conseller Iago Negueruela con los hoteleros mallorquines. Company y Sugrañes mantuvieron allí discretos y eficaces contactos para el 2019.
El juego de los informes
«L'informe considera necessària l'elaboració d'un informe sobre les afectacions visuals als béns del patrimoni històric de Menorca i al paisatge cultural per part d'un expert en paisatge», proclama el Consell el jueves. O sea, los técnicos del Servei de Patrimoni, los mismos que no formularon advertencias ni objecciones ni recabaron informes paisajísticos cuando aprobaron el proyecto del tramo Maó-Alaior, ahora reclaman un dictamen que antes no era necesario.
De informe a informe, y tiro porque me toca, puestos a pedir, habría que valorar las «afectaciones visuales» de todos los yacimientos y monumentos arqueológicos similares, no sólo en el caso de Rafal Rubí, donde el pacto de izquierdas busca -y no encuentra- el pretexto para justificar la demolición de una estructura similar a la construida en la entrada a Alaior. Según explica el PP-Menorca, en la candidatura talayótica para ser declarada Patrimonio de la Humanidad, once monumentos de 32 están a cincuenta metros o menos de las carreteras de la isla. Nadie dijo nada, ni la Unesco ni los técnicos del Servei de Patrimoni del Consell. El mismo criterio que se pretende utilizar en Rafal Rubí sería de aplicación para el hipogeo de Torre del Ram, la necrópolis de Cala Morell, Binissafullet, Cornia Nou, Sa torreta de Tramuntana, Son Olivaret Vell, Trebalúger y Torelló.
Solicitamos al Consell -viernes, a las 10.17 hores- el informe del Servei de Patrimoni, emitido el 7 de marzo, para conocer los motivos del cambio de criterio. La respuesta de la directora insular de Comunicació, Magdalena Arnau, que llega a las 17:07 horas, indica: «En Miquel Maria havia de xerrar amb serveis jurídics per saber si es podia compartir l'informe. No li han respost encara. Així que ja serà dilluns». La transparencia en la gestión del tripartito y la solución, si la hay, mañana. Passa dilluns!
Dos alcaldes en minoría
A medida que se aleja la moción de censura en Sant Lluís, reclamada por los mismos que instaban al PP a asumir con urgencia áreas de gestión en Es Migjorn Gran, queda claro que la alcaldesa Montse Morlà acabará el mandato en minoría, igual que el alcalde migjorner Pere Moll, recabando apoyos externos al PP.
En los dos municipios, desatadas las hostilidades entre Morlà y Moll con el PSOE -en Sant Lluís también con el PI- el PP, desde la oposición, tiene las llaves de la estabilidad y la gobernabilidad. Cristóbal Coll y Ramón Verdú ejercen este papel pacificador entre quienes fueron socios de gobierno hasta que se tiraron los trastos a la cabeza y fracasaron los pactos de izquierdas. Coll y Verdú darán paso, en 2019, a otros candidatos, mientras que Montse Morlà intentará un segundo mandato y Pere Moll optará por otra actividad al margen de la función pública.
Acudió la alcaldesa de Sant Lluís a la presentación, en el Ateneo, del último libro de Joan Huguet y escuchó con atención los consejos de Gabriel Cañellas. Morlà está ahora mucho convencida de haber hecho lo correcto.
PREGUNTAS DE LA SEMANA
¿Logrará Llorenç Carretero continuar como representante de Sant Lluís en la Felib?
¿Qué pensaron Jesús Méndez -padre e hijo- cuando escucharon la opinión de Luis Racionero sobre Ciudadanos?
¿Cuándo aprobará el Ayuntamiento de Maó el Plan Especial de la Illa del Rei que permitirá ejecutar las inversiones de Hauser & Wirth?
¿Convocará la Conselleria de Educación las becas-comedor que reclaman las Apimas de las 'escoletes' al Govern?
¿Sacará a concurso el Ayuntamiento de Ciutadella la gestión del kiosko de Es Born tras perder el PSM su apuesta a favor de la demolición?