Si se dan un vueltecita por Menorca y hablan con algunos empresarios, y encargados, del sector del turismo, comprobaran que muchos de ellos coinciden en que la temporada está siendo rara. La palabra rara es algo ambigua, puede ser que esta temporada turística se esté saliendo de lo normal, o puede sencillamente que haya menos volumen de trabajo del que algunos esperaban, no los sé. Tengan en cuenta, queridos lectores, que no soy tan listo como Pablo Casado que se sacó media carrera en unos meses, o Froilán que aprobó cinco cursos en dos años. ¡Que listos son los políticos y los de la casa real!, si por algo están donde están.
También es cierto que a pesar de lo raro de la temporada el personal que está al pie del cañón con los turistas va con la lengua fuera. El personal del aeropuerto está currando de mala manera y con muchísima presión, la cantidad de retrasos y cancelaciones que sufrimos son un autentico calvario para la plantilla de tierra que ve como el mosqueo, más que entendible, de los pasajeros se descarga en ellos. Supongo que los altos cargos de Iberia y demás compañías están paseando en algún yate disfrutando de su suculenta paga extra.
Las camareras de piso siempre van de culo y curran como motos dejándose la espalda, la salud y hasta el alma, para que la gobernanta de turno no les humille porque las más jóvenes van más rápido, o el director se queje pidiendo más ritmo. Por eso las mutuas les sueltan pastillas como si no hubiera un mañana, y las inflan a analgésicos, antiinflamatorios y antidepresivos, para que la suite que disfrutarán los señores clientes esté a punto. Bajo las sabanas de seda de algunos hoteles se esconden las lágrimas de muchas camareras de piso que ya no pueden más con su vida. Las mutuas actúan como auténticos camellos legales para drogar a un personal que tiene que aguantar la temporada como sea. Ríete tú de Pablo Escobar, menudo negociete tienen montado algunos con la salud.
El personal de las cocinas vive prácticamente al lado de los fogones. Las jornadas son maratonianas, y cocineros, pinches y friegaplatos, asumen que para pasar el invierno hay que dejarse la piel en verano. Los empresarios van más justos de personal que Albert Rivera de principios, perdón, me pasé por enésima vez. Algunos refuerzan tarde y mal sus plantillas y las someten a un desgaste brutal.
Y podríamos seguir con repartidores, dependientes, camareros, personal de coches de alquiler, jardineros, personal de mantenimiento, y en general con todos los currantes que están en primera línea atendiendo a los turistas. Es una historia vieja, donde unos pocos se forran con el sudor de un montón de gente, confundiendo servidores con sirvientes. Pero como queda mal hablar de estas cosas porque todos, directa o indirectamente, vivimos del turismo, es más fácil apuntarse al planeta del postureo y alabar los lujos de la Isla, que los tiene, y esconder bajo la moqueta las miserias que nadie quiere ver.
Al carajo el postureo, presento mi respeto a todos los que cuidan a la plantilla de su negocio como el principal activo que es, y todo mi desprecio a los explotadores que se aprovechan de la necesidad ajena, ojala el karma actuará aunque solo fuera una maldita vez. Solo pido que cuando nos atienda el personal de servicios mostremos el máximo respeto y usemos la empatía, seguro que así el verano será mejor para todos. Feliz jueves y vayan despacito, que el estrés y el calor no traen nada bueno.