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Sin flash

El incendio

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Ayer estuve reflexionando un rato. La jornada invitaba a ello. Pensé que los medios de comunicación que usamos, no solo reflejan la realidad, también la crean o modulan según diferentes ideologías o intereses. Entre la objetividad y la voluntad, retratar o crear, hay una fina línea que constantemente cruzamos. Los que se dedican a la educación saben que el conocimiento es una construcción o interpretación, lejos de una pasiva asimilación de datos; de ahí el inmenso poder de la opinión pública y la tentación permanente de manipularla. Los cimientos, las columnas y las vigas de un edificio no se ponen solos. Aunque tengamos materiales y herramientas. Muchas obras se pulen y perfeccionan con la resistencia y las dificultades. Es preciso un proyecto.

En asuntos humanos, nada más estéril que dejarse llevar. Caer al vacío. Si no sabes contra qué luchar, no te defines. Eres una veleta. Te llevan, te arrastran, te utilizan… Si no crees en nada, acabas por creer en todo. En la sociedad mediática, el que pierde los medios de comunicación está perdido. Construyen relatos, hacen propaganda, potencian unas cosas, ocultan otras. El mito de la información plural, veraz y honesta, anda de capa caída.

El incendio de Notre Dame es una desgracia que ha sacudido de manera trágica la modorra europea. La materia se quema y destruye sin remedio. No hay esperanza para los materialistas. Pero sabemos por experiencia, que el espíritu resucita.

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