La lectura, y comparación, de los Acords pel canvi firmados en junio del 2015 con el Acord 2 de governabilitat –documento también denominado Acords de Bellver- señala los incumplimientos y la hoja de ruta para el mandato 2019-2023. No se redactó la Ley de la Reserva de Biosfera de Menorca y tuvo que ser Misericordia Sugrañes en el último pleno de la anterior legislatura quien forzó el acuerdo político a través de una proposición no de ley aprobada por unanimidad.
Tampoco fue transferida la gestión de los recursos hídricos a los Consells insulars, compromiso que, al aparecer citado en dos ocasiones en los pactos del 2015, ha sido doblemente incumplido. En los próximos cuatro años hay que pasar de las habitaciones hospitalarias con uso alojamiento en Son Espases a una residencia en Palma para los pacientes de Menorca y Eivissa y sus familiares.
La antigua estación marítima de Ciutadella sigue siendo titularidad de la Comunidad Autónoma y no se traspasó al Ayuntamiento. La inversión, presentada en febrero de 2018 por Francina Armengol, para destinar el edificio a Centro Integral de FP de Hostelería continúa siendo un anuncio, como la eliminación de los fangos contaminados de la depuradora de Ferreries, la nueva sede del Conservatorio de Música y la definitivo suministro desde la desaladora al núcleo urbano de Ciutadella porque las canalizaciones no cuentan aún con las autorizaciones de la Conselleria de Salud. En el capítulo de incumplimientos hay que añadir la recarga del acuífero de Migjorn con agua depurada, que debía constituir una experiencia piloto del Govern en política hidráulica.
Ni los acuerdos del 2015 ni los del 2019 contemplan un plan de desnitrificación de los acuíferos menorquines ni la reutilización de las aguas tratadas en la depuradora Maó-Es Castell, a pesar de constituir una reclamación unánime de ambos municipios. Son algunas de las actuaciones que el segundo Govern Armengol, con la participación de los consellers Marc Pons y Mae de la Concha, debería llevar a cabo hasta el 2023.