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Con derecho a réplica

Un respeto a quien hace la cama

Arranquemos con una verdad tautológica que nadie puede discutir: los agostos en Menorca son muy intensos para todos los que vivimos aquí. Ahora bien, si tenemos la suerte de contar con días de vacaciones que nos permitan disfrutar de nuestra increíble Isla, poco nos podemos quejar comparado con lo que aguanta todo el personal que trabaja en hostelería a un ritmo frenético para que los demás podamos gozar del tiempo libre con los amigos.

Así que presentemos nuestro respeto a todos los que hacen posible que nuestro ocio sea lo más agradable posible. Y mostremos nuestro rechazo a todos los que entran en un hotel, un bar, un restaurante, o una tienda, con la arrogancia y la prepotencia como bandera. Lo de que «el cliente siempre tiene la razón» es una parida a la altura de las que pueden soltar mastuerzos como Bertín Osborne sobre el feminismo. El ¿cantante? reconoció en una entrevista que alguna vez había pegado a las mujeres, flipa con el macho ibérico. Posteriormente mintió como un patán diciendo que la única vez que había pegado a una mujer fue un azote que le dio a su hija pequeña, ¡la entrevista era del año 1985 y su hija nació en 1989! Si quieren provocarse el vomito busquen la entrevista en YouTube, aunque es preferible mirar uno de gatitos y relajarse un poco.

Volvamos a lo que importa, el colectivo de las ‘kellys' se manifestó el domingo pasado en Ciutadella pidiendo cosas tan básicas como que les reconozcan las enfermedades profesionales que les provoca su curro, o la opción de tener una jubilación anticipada, muchas de ellas llegan tan cascadas después de años limpiando las habitaciones, que no pueden con su alma, precisamente en la edad en la que nos tocaría subir el pie del acelerador y saborear con mas sosiego la vida. Según publicó «Es Diari» las camareras de piso pueden llegar a limpiar 24 habitaciones en un turno de ocho horas. A pesar de mi torpeza con los números es fácil deducir que les tocan unas tres habitaciones por hora, es decir unos 20 minutos por habitación. Vamos, lo que tardo yo de media en hacer solo la cama.

Sin embargo las condiciones laborales del personal de la hostelería son poca noticia, los medios prefieren abrir con la operación de triple bypass que le han hecho al rey emérito, por cierto, es curioso que un rey tenga problemas coronarios (perdón por el chiste malo, pero no me he podido resistir) No sé qué piensan ustedes, queridos lectores, pero no creo que sea nada malo pedir que todos los jubilados de este país tengan la misma calidad de vida que el señor que cazaba elefantes como hobby. Pero en cuanto uno se manifiesta de esta manera, le caen hostias como panes tachándolo de populista y demagogo. Qué quieren que les diga, me sigue pareciendo una aberración el abismo que hay entre los que viven como dios sin más merito que el de cuna, y los que se tienen que partir el alma, y la espalda, para llegar a duras penas a fin de mes. Y por cansino que suene no vamos a parar de decirlo.

No sé si son más de Einstein cuando dijo: «Dios no juega a dados con el universo», o de Hawking cuando manifestó: «Dios no solo juega a dados con el universo, sino que a veces los tira donde no podamos verlos». Yo, con todo el respeto a los dos grandes científicos, prefiero quedarme con la pregunta que se hizo Pedro Tuercebotas, una noche que se pasó con al absenta y las chucherías con extra de azúcar: «¿Por qué Dios tira los dados de manera que siempre ganan los mismos?». Ojala llueva pronto y bien. Feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com

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