El Govern anunció ayer la colocación de 28 piedras de la memoria en Menorca para rendir público homenajea a víctimas del nazismo y el franquismo.
Los ocho nombres escogidos como víctimas franquistas son Julián Andrés Hernández, Floreal Barber Piris e Isidoro Guerra González, de Maó Joan Beltrán Torrent, Joan Mascaró Salord y Ángel Muerza Esparza, de Ciutadella Manuel Gómez García, de Alaior y Pere Miret Preto, de Es Castell. Según el secretario autonómico de Sectores Productivos y Memoria Democrática, Jesús Jurado, "todos y cada uno de estos nombres merece ser recordado en las plazas y calles donde vivieron en libertad".
Afirma Jurado que "su reconocimiento es un acto de justicia, porque no olvidemos que la memoria democrática es una cuestión de derechos humanos". Un argumentario impecable.
También vivieron en libertad y recorrieron las plazas y calles de Menorca, entre otros, los diputados Tomás de Salort (CEDA) y Teodoro Canet (Unión Republicana), que habían sido elegidos por los menorquines. Eran ciudadanos libres hasta que fueron asesinados, ambos en agosto de 1936, el primero en la cárcel Modelo de Madrid y Canet, que había sido presidente del Casino 17 de Gener de Ciutadella, en la carretera -en sa costa de Ferreriesjunto con los hermanos Gabriel y José Mª de Olivar el dentista José Anglada y Gabriel Saura.
También eran menorquines libres el farmacéutico Mateo Seguí Carreras, alcalde de Maó durante varios periodos el comandante e historiador Lorenzo Lafuente Vanrell, que fue nombrado hijo ilustre los presbíteros Antoni Orfila, Fila-Or, y Guillermo Capó Medina, insigne folklorista el primero, y periodista el segundo.
Fueron asesinados por sus ideas políticas y sus convicciones religiosas, como los ocho muertos por el franquismo que ahora serán homenajeados. También ellos tienen derecho a la dignidad y a la memoria. Porque todos fueron víctimas.