En Menorca vivimos tiempos de ‘fiestorros'. Y no me refiero a los de las fiestas patronales sino a la multitud de celebraciones de toda índole que suceden aquí. Es el precio a pagar por ser una isla de moda que, como tal moda, algunas veces incomoda. Personalmente distingo entre fiestorros positivos y agradables y otros negativos y desagradables. Una pena que todos tengan que ver con el dinero.
Por ejemplo, entre los primeros, en los últimos tiempos la Isla se ha convertido en polo de atracción para gentes VIP lo cual repercute positivamente en un reparto social de la riqueza por el gasto que provocan y que penetra directamente en todos los sectores económicos privados que les dan servicio.
Por ejemplo, estos días ha sido noticia la celebración de una boda por todo lo alto entre dos miembros de la nobleza económica española en su finca familiar de Sant Climent. Pero no ha sido la única. Los vecinos del pueblo pueden atestiguar que su Iglesia va camino de convertirse en una innovadora Parroquia VIP por los frecuentes y espectaculares enlaces de este tipo que se producen allí.
También se puede reportar que este pasado viernes se celebró otro ‘festorro' en la finca Es Prat de Es Mercadal. El reputado arquitecto Koldo Crespo Rodríguez-Villalonga, un perfecto menorquín-bilbaíno, hombre de mundo, un dinamizador económico nato, ya puede contestar a la pregunta de: ¿How old are you? con un respetable ‘I'm 50 years old'. La fiesta incluyó un replec con veinte caballos a cual mejor montado y una organización digna de una celebración comme il faut. Asistió la Condesa de Binixica y multitud de amigos desplazados expresamente desde Mahón (siempre Mahón), Barcelona, Madrid y Bilbao. ¡Y ahora, Koldo, a por los 60, como los Rolling! Otra vez: felicidades y gracias.
Uno considera que estos ‘fiestorros' son positivos para la Isla porque la publicitan entre las capas más influyentes y menos masificadas, esas zonas sociales que más interesa atraer por su poder de ‘reparto de beneficios' y por donación y aportación directa a la Isla. ¿No es eso un pensamiento de izquierdas?
Por otra parte, a las farisaicas y paranoicas protestas por estas precisas circunstancias habría que responderles que son consecuencia de las políticas restrictivas y prohibicionistas de la izquierda las que han conseguido que la Isla sea finalmente una auténtica ‘Reserva de la billetera' en la que pronto los humildes no cabrán. Políticas de izquierdas para favorecer a las élites. Esplendoroso.
Pero en Menorca lamentablemente también suceden ‘fiestorros' negativos que perduran en el tiempo.
Por ejemplo, hace ya siete años (siete, señores, siete) que Menorca sufre un never-ending ‘festorro', llamémosle, de ‘movilidad paralizada'. Una pérdida de tiempo inadmisible e imperdonable en la carretera general, por la que sus responsables deberían ser encausados, ha agotado la paciencia de los isleños que han respondido con su habitual mansedumbre: protestando baix barbada pero incapaces de hacer una sentada infinita ante la sede del Consell para denunciar a todos los fariseos que la habitan. Ya sabemos que buena parte del menorquín medio sufre el síndrome del ‘cabreado sentado', paciente y sufridor pero nunca reivindicativo más allá de escribir una carta al director, esa obra cumbre de la protesta social isleña. Pero el hartazgo se verá en las próximas elecciones.
Hace ya demasiados años que aquí también sufrimos el ‘festorro' nacionalista, ese aliado del ecocatastrofismo crónico, ambos unificados y lubricados por la subvención permanente. Muchos pensamos que ese binomio es letal para nuestra Roqueta por conducirnos al empequeñecimiento y a la parálisis que, sorprendentemente algunos consideran positivo para sus propósitos de regresar al siglo XIX, cuando las hambrunas y las emigraciones. Son esos seres humanos que consideran al ‘hermano cemento' como el enemigo a batir y al coche como el demonio a eliminar. Su aliado natural es la monstruosa maraña normativa que embadurna las tramitaciones de proyectos hasta el absurdo.
Otrosí. Quien vive de redactar catecismos o inventar guiones catastrofistas son los responsables de la inquietud social que crean ellos mismos solo para favorecer a sus intereses ideológicos. Así, la mentira, el engaño y la trola cabalgan libres y cómodamente a lomos del corcel subvencionado en una isla donde los despilfarros en este tipo de ‘fiestorros' están a la orden del día. So sad.
Notas:
1- ¿Han fet tard?: ¿Llega tarde el enésimo anuncio del CIM sobre las obras a realizar en S' Enclusa? ¿Será verdad que, recordando a Proust y a su «En busca del tiempo perdido», la OTAN está reconsiderando el uso de la antigua Base americana como nueva base satélite? ¿Es otro de los acuerdos de Sánchez con Biden? ¿Se lo comunicarán pronto al CIM?
2- Muy sentido pésame por el fallecimiento de Luis Hernández Mercadal (Metalfor), expresidente de SEBIME. Tantos viajes, tantas ferias compartidas. Todo un ‘Señor' y un auténtico caballero. Una personalidad mahonesa. DEP.