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Terra de Vent

Una puesta de sol de color naranja

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No hay que ser politólogo ni trabajar en el CIS para pronosticar que Ciudadanos va a desaparecer en las elecciones autonómicas y locales de mayo. Esta semana, Inés Arrimadas ha presentado a los candidatos de Balears que concurrirán a estas elecciones. Eugenio Ayuso encabezará la lista al Consell de Menorca, con la misión imposible de revalidar el puesto que ahora ocupa, cuando las últimas encuestas apuntan a que Cs perderá la mitad de sus votantes en la Isla. Hay que reconocer la dignidad de quienes concurren a las elecciones en una lista de Cs, queriendo jugar un partido que saben que van a perder. Menos digna es la actitud de quienes abandonan el barco antes de que se hunda para subirse a otro, como Toni Cantó y su Oficina del Español que le regaló Díaz Ayuso.

Qué lejos quedan esos tiempos tan recientes en que este partido ganó las elecciones en Catalunya (2018), y cuando consiguió 57 diputados en el Congreso (abril 2019), cuando Albert Rivera pudo llegar a un pacto con el PSOE para un programa reformista, y como siete meses después, en la repetición electoral, perdió 47 escaños y se quedó con diez. Albert Rivera es responsable de la muerte del partido. Inés Arrimadas no ha conseguido la resurrección. Las elecciones de mayo van a ser el funeral y solo quedará la triste ceremonia del entierro, de un partido que pudo ser la llave de la gobernabilidad, y que pasará a la historia por haber sido un instrumento para mantener el voto conservador durante los peores años del PP por sus casos y sentencias de corrupción. Desde ese punto de vista ha dejado de ser necesario y de eso también se muere.

Para la política es una pérdida importante, porque un nuevo fracaso de una opción de centro, deja en manos de los extremos las posibilidades de formar gobierno. Los centristas o moderados que hay en el PSOE y en el PP, incapaces de entenderse entre ellos, ya solo tienen la opción de contemplar como sus naves se escoran hacia la izquierda o hacia la derecha. Y con eso hay que llegar a puerto cuando arrecia el temporal.

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