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Adiós a las armas

Una profesión castigada

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La realidad de la profesión periodística no es especialmente halagüeña. Está, incluso, en peligro de extinción, llega a afirmar el exdirector de «El País», Antonio Caño, hoy ponente en el Claustre del Carme. Convivimos los que elegimos este trabajo con demasiadas precariedades desde hace años. La inestabilidad y el intrusismo se han hecho compañeras inevitables de un empleo que liga pasión con entrega incondicional. Los ERE, que estuvieron y están, o los salarios más que ajustados bajo la amenaza del cierre de tantas empresas están interiorizados en su día a día.

Pese a todo el periodismo no ha perdido un ápice de su capacidad de atracción entre los miles de postadolescentes que se matriculan en las facultades de Ciencias de la Información sin saber lo que les espera. Es el camino para obtener conocimientos que solo consolidarán con el trabajo en las redacciones. Y es que la Universidad tendría que ser prioritariamente un espacio para discutir y aprender, un foro libre para expresar y debatir ideas. Sin embargo, a la vista del acto de la Complutense la pasada semana, con la intolerancia agresiva de grupos de estudiantes hacia la presidenta de Madrid, el discurso universitario está hoy en manos de fanáticos radicales, independientemente de su procedencia. Ha sucedido otro tanto en la Autónoma de Barcelona cuando alumnos han intentado manifestarse en contra del independentismo o a favor del uso del castellano, por ejemplo.

La alocución de la mejor alumna del grado de Comunicación Audiovisual de la universidad madrileña en ese mismo acto resultó infantil, histriónica, deslabazada... triste, en definitiva, considerando que ella representaba a los estudiantes con mejor calificación académica, incluida una prometedora graduada de Maó. Flaco favor le hizo a las futuras generaciones de periodistas además de avergonzar a la mayoría de premiados, entre los que hubo ilustres cuya elección siempre puede ser discutible, por supuesto, pero no de ese modo.

Ya está la profesión bastante castigada como para que aparezcan este tipo de ejemplos.

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