El colapso en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) está ocurriendo en muchas comunidades autónomas, no es algo exclusivo de Menorca. Al principio fue una consecuencia más del trabajo acumulado de la pandemia al que se sumaban los miles de vehículos que cada día deben pasar esta revisión. La Dirección General de Tráfico es consciente de esta situación que se repite en numerosas ciudades españolas. Pero aquí sumamos ya un año de problemas que ahora se agravan con la huelga indefinida que hoy mismo tienen previsto iniciar la mayoría de los trabajadores de la ITV en Maó y Ciutadella. A la indiferencia mostrada por la empresa, con plantón incluido a la plantilla ayer en el tribunal de mediación, se suma el fracaso del departamento de Movilidad del Consell –que ya medió en tiempos de Francesca Gomis evitando un paro indefinido en 2021, esta vez no ha sido posible–, para lograr el acuerdo laboral que nos salve del colapso que se avecina. Porque si en abril de 2022 eran dos meses los que había que esperar para lograr una cita, cuando por contrato deberían ser dos semanas, ahora son ya tres meses, y una huelga solo hará que aumente esa espera.
Se trata de un problema totalmente ajeno a los conductores y que sin embargo no es tenido en cuenta por algunas policías locales como la de Maó. Los agentes tramitan la denuncia alegando que hay que cumplir la ley de seguridad vial, y nada se puede discutir al respecto. Eso sí, que prevalezca la desconfianza hacia el ciudadano que circula con el resguardo de su cita, pensando que todos son espabilados que nunca en realidad llevarán su coche a revisión, parece una gran falta de comprensión y sensibilidad, sobre todo porque la Administración aún no ha sabido dar respuesta al atasco. El Consell ni siquiera sabe si podrá evitar la prórroga del contrato con Certio a finales de este año, debería licitarse ya una nueva concesión, pero no hay noticias. ¿Hay multa para estos gestores?