En Menorca, la preservación del medio ambiente no es solo una cuestión estética o turística, es una obligación moral, un compromiso con la isla que queremos y, además, un compromiso internacional. Nuestra isla es Reserva de la Biosfera desde hace más de tres décadas y alberga ecosistemas únicos que requieren vigilancia constante. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido recortar efectivos en el cuerpo que tiene, precisamente, entre sus principales misiones proteger la naturaleza: el Seprona de la Guardia Civil.
Según datos oficiales del propio Ejecutivo, facilitados a preguntas de los senadores del PP balear, entre 2023 y 2024 las islas contaban con menos de diez guardias civiles del Seprona destinados entre las cuatro islas del archipiélago. Esto significa que, en Menorca, durante esos años apenas hubo uno o dos agentes dedicados en exclusiva a la protección de nuestro medio natural. Por suerte, este 2025, tras numerosas quejas, la plantilla se ha incrementado.
ES EVIDENTE que con más personal y más recursos nuestras islas estarían mejor protegidas. No es lo mismo trabajar con uno o dos agentes que con cuatro o cinco. La reciente operación Zahorí del Seprona, que ha denunciado a nueve infractores por delitos relacionados con la extracción ilegal de agua, demuestra la eficacia de estos profesionales y la relevancia de su labor, muchas veces poco conocida. Lo sorprendente es ver a la izquierda alarmada mientras Sánchez reduce los efectivos que deben denunciarlo.
En Balears hay más de 400 plazas de Guardia Civil sin cubrir, y el Gobierno de Pedro Sánchez no hace nada por remediarlo. En Menorca, la falta de agentes especializados provoca que denuncias medioambientales no puedan investigarse con la rapidez y profundidad necesarias. Otro ejemplo claro de la falta de medios en las islas es la ausencia de una embarcación de la Guardia Civil fija en Menorca para vigilar nuestras costas durante el verano: solo un par de veces al mes se desplaza una desde Mallorca. Sin medios, ¿cómo pretende el Gobierno controlar los delitos que se producen en la naturaleza o en el mar?
Es urgente actualizar el plus de insularidad que perciben los funcionarios del Estado para que guardias civiles, policías y otros empleados públicos quieran venir a Balears, tal y como ha hecho el Govern balear de Marga Prohens con los funcionarios autonómicos. Existen mecanismos para hacer atractivos estos destinos a quienes velan por nuestra seguridad y por la protección de nuestro entorno natural. Medidas que eviten, por ejemplo, que la plantilla del Seprona en Menorca se marche tras cumplir los dos años obligatorios en la isla.
LOS CIUDADANOS ya están hartos de los discursos vacíos sobre sostenibilidad y protección; necesitamos actuaciones concretas, medios. Un ejemplo de la buena gestión es la Conselleria del Mar, que ha impulsado la digitalización de todos los pozos y captaciones de grandes consumidores para conocer en tiempo real el estado y consumo de nuestras reservas hídricas, algo que sorprende no se hizo en las dos legislaturas anteriores del pacto de izquierdas, ¿porque tal falta de control del agua? Nos deberíamos preguntar todos tras las escasas actuaciones en los últimos ocho años. Asimismo, la Conselleria del Mar también se ha reforzado con 22 nuevas embarcaciones, 10 de ellas destinadas a la vigilancia de nuestras costas. Hechos, no discursos vacíos.
En definitiva, la defensa de nuestra isla, de sus bosques, playas, fauna y flora, exige voluntad política y medios materiales. No es un gasto, sino una inversión en el futuro de Menorca. Por eso exigimos al Gobierno que refuerce la plantilla del Seprona y garantice la estabilidad de sus agentes. Menorca no puede permitirse estar desprotegida ante las amenazas que ponen en riesgo nuestro patrimonio natural.