Muchos colegas del gremio describen los paisajes que están dejando los incendios descontrolados que hay por toda España como escenarios dantescos. Lo cual, se mire por donde se mire, son escenarios de catástrofe sin opción a la duda. Pero catastrófico no es sinónimo de dantesco. En algún momento que desconozco, alguien que también desconozco, popularizó la fórmula de dantesco, de Dante Alighieri, para referirse a toda aquella desolación que deja una catástrofe. No estoy muy convencido de que la atribución sea del todo correcta, teniendo en cuenta que quien lo hizo, lo hizo pensando en la Divina Comedia del padre de la lengua italiana.
Leí la Divina Comedia hace muchos años. Fue durante una época de aprendizaje en la que me había dado por leer los clásicos más complejos. Me temo que ahora prefiero leer cosas más ligeras, aunque buenas, lo cual no es fácil de encontrar. Lo que sí que recuerdo y lo recuerdo bien es que Dante había tardado doce años del medievo en escribir su obra magna. No sé si con la tecnología actual la hubiera escrito en menos tiempo. También recuerdo que el argumento provenía de la añoranza del autor hacia su prometida finada y de su exilio florentino. Sumido en la desesperanza y en la desilusión, Dante escribió la Divina Comedia como un ejercicio terapéutico, sin saber que iba a dejar un legado literario magistral, aunque nada de comediante y de muy poca divinidad.
Estoy seguro de que «De la vida a la muerte» sería el título que pondría a la obra de Dante cualquier editor actual, pero perdería la dulzura de la tragedia que el autor plasma en las páginas del original. Aquí está su maestría. Aquí su genialidad. La seriedad divina convertida en una comedia ligera. La tragedia del fuego, que año tras año asola nuestro país, nos deja un paisaje desolador que solo tolera la esperanza de su restauración. La tragedia de la vida, que decía Dante, produce una sensación de desasosiego que solo se soporta con la esperanza de la resurrección. Qué distinto sería todo si nuestros ilustrados gobernantes hubieran leído la Divina Comedia.