Una de las grandes polémicas políticas de estos días es la relativa al reparto de menores migrantes. El Gobierno central ha decretado que a Balears le tocan 45 menores y el Govern balear ha puesto el grito en el cielo. Estamos ante una de las típicas disputas del dúo PP-PSOE para alimentar el debate público. En primer lugar, a nadie se le escapa que si gobernara Feijóo y hubiera adoptado el mismo reparto, Prohens y compañía, en lugar de críticas, estarían lanzando loanzas a la equidad, a la solidaridad y a la proporcionalidad. Y al revés, si los populares ocuparan La Moncloa y Armengol el Consolat, seguro que habría desacuerdo con los mismos argumentos o con otros. En segundo lugar, y más importante, ni unos ni otros van al fondo de la cuestión porque no les interesa más que el postureo. Si Balears crece unos 20.000 nuevos habitantes cada año, los 45 de la contienda suponen la friolera del 0,2 %. Una gota en el océano. Al bipartidismo reinante no le interesa el crecimiento insostenible de Balears porque ello requeriría un tratamiento específico para una realidad singular; lo que interesa es tensar y generar peleas que son pura escenificación. Existen comunidades que han quedado exentas o a las que se les reconoce una peculiaridad no debe ser casualidad que sean las comunidades que no apuestan por el blanco y negro de socialistas y populares.
Una gota en el océano
Josep Melià |