Directo al grano... El atardecer del martes 30 de septiembre nos pilló cenando en el ‘Royal’. Frente al Coliseo, en Roma. Habíamos llegado a mediodía con el ‘Leonardo Express’ a la estación Termini, desde Fiumicino, con lo que nuestro AirBnB en la plaza Vittorio Emanuelle II nos quedaba a pocos minutos.
Cuando visitas esta ciudad es inevitable pensar que pasas las hojas de un libro de historia que conoces casi desde tu misma infancia no en vano forma parte de la educación que recibimos. Como mucha gente uno también tiene sus carpetas mentales donde archiva todo lo que relaciona con un determinado país o lugar concreto. Así pues, para mí, la ‘carpeta Italia’ incluye arte, gastronomía, moda, música, Milán, Roma, estilo, relaciones... Una de las cosas que en su día archivé en esa carpeta fue el recuerdo de un viaje en auto-stop que realicé por las partes más perdidas de Escandinavia allá a principios de los años setenta. Un día me recogió en medio de la nada un profesor de universidad que se confesó admirador de Garibaldi (el unificador de Italia) y que me estuvo relatando la historia del país del cual era un devoto estudioso. Con el tiempo he visto como aquellas enseñanzas me ayudaron a entender el sentido de lo que significa vivir en una nación moderna.
Especial relevancia tienen en mi afección particular con Italia los numerosísimos viajes de Sebime a las ferias de Milán y las diferentes referencias que la han identificado en España. Por ejemplo, en los sesenta y setenta nos llegaron sus canciones de moda. ¿Cómo olvidar a Doménico Modugno, a Celentano, a Jimmy Fontana, a Tony Dallara, a Pino Donaggio, a Mina, etc.? Las películas relacionadas con su mundo son también esenciales para formarte tu propio marco mental sobre aquel país. ¿Cómo no recordar ‘las de romanos’ de nuestras Semanas Santas donde nos familiarizamos con Roma, con los primeros cristianos, con sus emperadores, con Ben Hur..! Aquel Peter Ustinov convertido en el inolvidable Nerón que ordenó quemar Roma! Más. ¿Cómo olvidar las películas de Vittorio De Sica, las de Alberto Sordi, las de Sofia Loren...? Y en otro orden de cosas ¿cómo no idolatrar «Vacaciones en Roma» con una maravillosa Audrey Hepburn y un magnífico Gregory Peck? O como no fundirte con una de las comedias más deliciosas y elegantes referidas a Italia como es «¡Avanti!» (de Billy Wilder) con Jack Lemmon y Juliet Mills. «¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?» es una ingeniosa historieta sobre aquellos hijos que van en busca de los cuerpos de sus padres fallecidos en Ischia donde se citaban en secreto cada verano. Una película que funde los aires de comedia con los tópicos italianos. ¿Y Marcello Mastroianni en «La Dolce Vita»? Por cierto, en esta visita estuvimos paseando por la icónica Via Véneto calle en la que aún apreciamos muestras efectivas de la clase y la elegancia italiana en una ciudad que hoy está tomada por masas turísticas uniformadas con ropa esencialmente mejorable. ¡Ah! Y cabe preguntarse ¿masificación en Menorca? ¡No me hagan reír! Pasen y vean. ¡Imposible comparar la Fontana de Trevi con Macarella!
Pero este viaje a Roma ha sido muy especial por diversas razones. Primero por haber tenido más tiempo para disfrutar de la ciudad. Se acabó aquel horario enloquecido de querer verlo todo en tres días. Siempre lamenté en mi vida activa no disponer de tiempo, ese artículo de lujo. Ahora, al fin, podemos sentarnos en una terraza frente a las columnas del Templo de Adriano, o ante el Pantheon, y disfrutarlo comme il faut. También dispones de tiempo para convertirte en un flaneur parisino y deambular por las callejuelas del centro de la antigua Roma parándote, por ejemplo, en la plazuela Lancerotti a tomarte un Negroni o comerte un Maritozzo en cualquier pastelería (eso que solo puedo describir como un bollo de nata en forma de bocadillo, porque eso es lo que es, exactamente). También puedes extasiarte en uno de esos devaneos cuando en una callejuela oyes la melodía de «Questa piccolissima serenata» de Renato Carosone, una canción que hacía décadas no escuchaba y que hace pararme y emocionarme al recordar mi infancia cuando mi madre la cantaba en casa.
En Italia se paga solo el 10 por ciento de IVA por eso la cesta de la compra es sensiblemente más económica que en España. Además la pasta, materia prima de muchos de los platos italianos, tampoco es cara por lo que una comida/cena (siempre deliciosa y aromática) en una trattoria puede salirte por no más de € 25.00 incluyendo una porción de un tiramisú casero esplendoroso. Lo comparo con España donde ahora todo es tan caro, pero claro, aquí tenemos que sufragar los constantes caprichos, exigencias y chantajes de los amigos separatistas de Sánchez además de las corruptelas de los gobernantes, sus pasiones extramatrimoniales y sus burdeles.
La próxima semana desvelaremos por qué éste ha sido un viaje realmente especial. Les adelanto que vimos de forma inesperada al Papa, que casi nos perdimos en las grutas del Vaticano (donde lamentablemente no encontramos a Dan Brown escribiendo) y cómo nos envolvieron las manifestaciones en apoyo a Hamás... que algunos deben confundir con las Brigadas Rojas... (Continuará).
Notas:
1- Mala semana para la siniestra española: Premio Nobel de la Paz para M. C. Machado. Trump consigue parar la guerra en Palestina. Sánchez recibe un serio aviso de la OTAN. El ridículo de la flotilla progre es universal al rendirse sin más. Se quiso esconder que el hermano músico del nº 1 vivía en la mismísima Moncloa con su señora japonesa mientras compraba en un supermercado de Portugal para engañar al fisco español. Días apoteósicos.
2- Encuestas: a pesar de la oposición de los medios generalistas Vox seguirá aumentando su espacio porque muchos piensan que son los únicos que reflejan hoy los sentimientos de mucha gente que ha dicho ¡Ya vale!
3- ¡Por fin recomenzaron las obras en la carretera general menorquina! ... ‘Avanti’ .
4- Maravillosa ‘Annie Hall’. Descanse en paz Diane Keaton. Clase, elegancia y estilo. Gracias.