El vestido transparente de punto que Kate Middleton lució en un desfile benéfico cuando era universitaria en St. Andrews (Escocia) en el año 2002 se subastó hoy en Londres por 78.000 libras (89.797 euros), una cantidad que superó con creces las expectativas.
La prenda, que había despertado muchísima expectación y por la que se recibieron ofertas de todo el mundo, se vendió en una abarrotada sala de ventas del centro de la capital británica.
La futura esposa del príncipe Guillermo lució ese vestido durante un desfile de moda que fue, supuestamente, la ocasión en la que el príncipe Guillermo se fijó en ella.
Kerry Taylor, la propietaria de la casa de subastas Kerry Auctions, manifestó que inicialmente el vestido de Middleton iba a tener un precio de salida de entre 8.000 y 10.000 libras (entre 9.215 y 11.520 euros o entre 12.840 y 16.050 dólares), aunque anticipó que lo más probable sería que el precio final fuera mucho más elevado.
Taylor destacó que el interés suscitado por el vestido demuestra la «Katemanía» que se ha desatado en todo el mundo a raíz del anuncio del enlace más esperado de los últimos años previsto para el próximo 29 de abril.
«Estoy realmente asombrada por la cantidad de interés procedente de todo el mundo, desde Corea a Japón, pasando por América. Literalmente hay un interés global por el vestido y eso refleja el interés que hay en Kate Middleton», dijo Taylor en un comunicado divulgado este miércoles.
La propietaria de la casa de subastas consideró extraordinario el interés generado «por un vestido que (Kate Middleton) sólo se puso durante 10 minutos hace muchos años».
El vestido, diseñado por la estudiante Charlotte Todd, era originalmente una falda larga, pero los organizadores del desfile consideraron que luciría mejor como un vestido de tirantes, bajo el cual Middleton llevó ropa interior de color oscuro.
Según han explicado Guillermo y Kate en varias ocasiones, fueron amigos antes de convertirse en pareja, y no fue hasta pasados varios meses de convivencia en un apartamento para estudiantes de la Universidad de St. Andrews cuando comenzaron su relación sentimental.
El noviazgo, que se convirtió en compromiso en noviembre pasado, atravesó por dificultades y se rompió en al menos una ocasión, un tiempo que, según manifestaron al anunciar la boda, les sirvió para darse cuenta de que estaban preparados para un compromiso mayor.