La filantropía y el glamour se unieron por Projecte Jove y La cena de los mil sueños, que el viernes por la noche adelantó la Navidad en Son Mir, logró recaudar 62.000 euros. Incluso en tiempos de crisis, Mallorca es una tierra generosa y la causa que abandera Tomeu Català ha calado en nuestra sociedad. Tal vez porque, como él recordó al inicio de la velada, las adicciones que cercenan vidas se dan en todas las capas sociales y a todas las edades.
Los jóvenes que luchan por curarse bajo la tutela de Català sueñan con una vida mejor, con un futuro más luminoso. Lo contaron en un vídeo a los asistentes antes de que, ya bastante hambrientos por la hora tardía, pudieran disfrutar de un menú muy correcto con el que repusieron fuerzas para la intensa gala que quedaba por delante.
En una noche en la que se conjuraron los sueños, lo mejor fueron esas mesas que, como islas de un archipiélago de diversidad, acogieron a los invitados con el calor y la entrega de quienes las crearon.
Si el entorno invitaba a soñar, todos en Son Mir merecieron disfrutar de una porción de ese sueño feliz del que nuestro país y sus gentes andan tan necesitados. Y La cena de los mil sueños aportó esa pequeña ración de alegría o fiesta a beneficiados y donantes.
Los primeros, especialmente las señoras, vistieron lo mejor de su armario porque en los sueños todo está permitido y, en noches como ésta, generosidad y frivolidad juegan a ser buenas amigas. Así, entre sorteos, subastas, brillos y taconazos transcurrió una celebración que fue preludio de esas otras fiestas que pronto reunirán a las familias y los amigos en torno a otras mesas. Entonces, procuren ser muy felices.