La cariñosamente apodada «Princesa del Pueblo», Lady Di, se queda sin su homenaje particular. Casi 17 años después de su muerte, son cada vez menos los turistas y curiosos que visitan el museo que se abrió en su memoria en la localidad de Althorp, donde también se encuentra su tumba.
La principal razón de este cierre se debe a la lejanía del lugar, ya que la finca familiar donde se encuentra está situada a unos 130 kilómetros de Londres.
Otra razón es que, según el testamento, la familia debía ocuparse de su legado hasta que sus hijos, fruto de su matrimonio con el príncipe Carlos de Gales, cumplieran 30 años. Esta última razón se cumpliría en agosto de 2014, cuando el pequeño de los hermanos, el príncipe Harry, llegue a la edad establecida.
La exposición de la Reina de Corazones cuenta con 28 vestidos de la princesa Diana, dos tiaras y otras joyas, así como numerosas fotografías, cartas y películas caseras grabadas en la vida, por entonces familiar, de palacio.
El Conde Spencer, hermano menor de la fallecida, ha señalado que los tesoros albergados hasta el momento en el museo se los hará llegar a sus sobrinos, tanto al príncipe Guillermo como a Harry, para que así puedan tener un emotivo recuerdo de su desaparecida madre.