Novak Djokovic, número uno del tenis mundial, y su esposa, Jelena Djokovic, contrajeron este sábado el matrimonio religioso en una iglesia en Sveti Stefan, una diminuta península de la costa adriática de Montenegro.
La ceremonia, que tuvo lugar dos días después de la boda civil, en el mismo balneario, se celebró en la iglesia ortodoxa serbia de Sveti Arhidjakon Stefan (San Arcediano Esteban).
Sólo la familia más próxima del matrimonio asistió el acto, según informaron los medios locales.
Por deseo estricto del popular «Nole» y su esposa, las fiestas nupciales de lo que los medios denominan como «la boda del siglo», el pasado miércoles y jueves, también se celebraron en un ambiente de intimidad, sin publicidad ni cámaras, y entre grandes medidas de seguridad, sin que se filtraran ni los nombres de los 140 invitados.
Novak y Jelena, ambos serbios, se conocieron de adolescentes en lo que la novia ha definido como «un amor a primera vista».
«Deseamos una familia grande, pero queremos enfocarlo todo de buena manera, ofrecer a los hijos un auténtico hogar, para que no crezcan en aviones y hoteles», ha indicado Jelena en el pasado.
Djokovic decía antes sobre su futura esposa que le entusiasma su sinceridad. «Ella es una mujer capaz, ambiciosa y fuerte. Jelena es el amor de mi vida», dijo el tenista en una ocasión.
La pareja espera para octubre el nacimiento de su primer hijo.