La periodista de prensa rosa María Patiño toma el relevo de Jorge Javier Vázquez en «Sálvame Deluxe», un programa donde son habituales gritos y discusiones, aunque el ambiente, asegura, no le molesta, ya que en su casa, siempre se ha polemizado «muchísimo», y todo se arreglaba «discutiendo».
«No me violenta para nada (...) Sí es verdad que rozas ese campo en que puedes herir personalmente, y entonces la discusión puede ser tremenda con consecuencias graves. Pero, aún así, lo vivo con cierta naturalidad», indica Patiño (Ferrol, A Coruña, 1971), en una entrevista con Luján Argüelles para su programa de EFERadio.
La presentadora de televisión se define como «emocional y muy sensible», a pesar de que tiene una imagen «de mujer segura». Tiene genio, sobre todo cuando cree en algo, aunque intenta «no herir» con sus palabras y trata de preparar todas sus intervenciones, «incluso a nivel legal».
Preguntada por cuáles son los límites del periodismo, Patiño responde: «El tuyo, el moral, el que tú te quieras poner; el límite que establece la ley; y después la veracidad. Y si no se tiene claro lo que es la verdad, es tan sencillo como mostrar al público las dos caras de la moneda y que sean ellos los que decidan».
Asegura que no se arrepiente de ninguna de sus palabras sobre un personaje famoso, aunque reconoce también que hay episodios que se podría «haber ahorrado», puntualiza.
De todos los personajes famosos que le gustaría entrevistar este verano, si pudiera, elegiría a Isabel Pantoja, aunque «sin ningún tipo de vetos», porque le parece una mujer llena de misterio y «la mujer de los huevos de oro» de la prensa del corazón.
También cree que el gremio de periodistas del corazón no trata a todos los personajes públicos por igual: «Nos permitimos más licencias con el que creemos que es más débil; y, en cambio, en las entrevistas realmente interesantes, por el personaje y porque podríamos meter los dedos, no nos atrevemos», indica en referencia a personajes públicos como Isabel Preysler.
A pesar de su trabajo, en cambio nunca hablaría de su vida privada, porque, dice, le da «mucha vergüenza» y porque su entorno personal no lo «entendería», añade la periodista, que tiene un hijo y está unida sentimentalmente a un actor y modelo venezolano.
De Jorge Javier Vázquez, a quien sustituye este verano, ha aprendido su capacidad de «relativizar y asumir todo con naturalidad», una filosofía que le ha ayudado a que nada de lo que se dice en los programas le haga «herida».