Hace unas semanas se estrenó en Telecinco «Gran Hermano Dúo». Lo que hace diferente esta nueva versión es que los concursantes entran a la casa de Guadalix de la Sierra en pareja.
El programa arrancó con la noticia de que el miércoles Irene Rosales, la pareja de Kiko Rivera, tuvo que dejar la casa para recibir atención médica.
Este domingo se emitió el debate semanal, presentado por Jordi González que anunció que Irene estaba de vuelta y ya se había incorporado a la casa.
«Tuve un dolor muy fuerte en el abdomen y en el riñón izquierdo, empecé a tener una hemorragia...», le contó Rosales a sus compañeros, «y resulta que estaba embarazada de dos semanas y he sufrido un aborto natural». Irene se reencontró con Rivera, que se lamentó de que «no sabemos lo que tenemos hasta que nos falta».
Como ya es habitual en el programa, de inmediato se centró la atención en la difícil relación entre Alejandro Albalá y Sofía Suescun. Él adopta un cierto papel de víctima, fingiendo seguir enamorado de Sofía y lloriqueando por las esquinas. «¡Yo no sé qué tiene!», se lamentaba un afligido Albalá. En el calor de la discusión, como ellos suelen hacer, metieron a sus madres de por medio. Sofía, por ejemplo, se burló de que a la madre de Albalá no la llamaban para salir en televisión.
Pero las susodichas madres estaban sentadas en plató, y empezaron a despellejarse ellas mismas sin necesidad de que las mentasen antes sus hijos. Maite Galdeano, madre de Suescun, quiso humillar a Paz, la madre de Alejandro, diciéndole que ella había mantenido a su hijo durante mucho tiempo. Paz se guardó la ofensa y la devolvió un poco más tarde. González le preguntó a Maite por su cena con Julio Ruz, y Paz aprovechó para insinuar que Maite solo se fijaba «en las empresas de Julio».
A Maite se le agotó la paciencia en ese momento y alzó la voz para advertir de que no iba a «permitir que nadie haga demagogia con este tema, porque yo fui muy clars y muy sincera con Julio. Yo antes tuve una vida mala con el hombre que es el padre de Sofía Suescun, y por eso no quiero que nadie haga demagogia con esto».
Luego las cámaras pasaron a ocuparse de Antonio Tejado, que está siendo uno de los concursantes más problemáticos. Su última víctima fue Julio Ruz, que se ganó una buena bronca por atreverse a disentir con Tejado. Antonio se puso echo una fiera, empezó a gritasr y a llamar«mentiroso» a Julio, como hace siempre que pierde los papeles.
Pasada la medianoche, Jordi González mostró los porcentajes ciegosde las votaciones: 49,3%, 32,8%, 10,8% y 7,1%. Uno de los nominados, el menos votado, el martes podrá salvarse de salir de la casa esta semana y se quedarán an tres los candidatos a la expulsión. En cuanto los nominados vieron las cifras María Jesús, muy descontenta con su concurso, dijo que pensaba que ella era la más votada, es decir, la que tenía más posibilidades de irse a su casa. El martes saldremos de dudas.