La escapada de Tamara Falcó e Íñigo Onieva al Polo Norte ha supuesto un borrón y cuenta nueva para la pareja, que ha empezado el año reconciliada tras la sonada ruptura protagonizada el pasado septiembre. Una de las incógnitas que dejó esa separación fue el anillo de compromiso que la marquesa de Griñón había devuelto al empresario, y del que ahora se han vuelto a tener noticias.
Tras destaparse la infidelidad de Íñigo Onieva, Tamara Falcó relataba así en octubre qué había hecho con el famoso anillo: "Dejé el anillo sobre la mesa, cogí a mis perras, intenté meter todo en un bolso, vino una amiga a por mí y me fui a casa de mi madre". Ahora, gracias a las fotografías que la propia Falcó ha compartido en redes sociales, se sabe que la joya ha vuelto a ella.
En una de las románticas imágenes junto a Íñigo Onieva que Falcó ha publicado en Instagram puede verse a la hija de Isabel Preysler luciendo el anillo de nuevo en su mano derecha. "Nos vamos felices con unos recuerdos espectaculares de una naturaleza que se mantiene prístina y un confort como si estuvieras en tu propia casa", ha opinado Tamara Falcó sobre el viaje de reconciliación.
Aunque en un primer vistazo la joya puede pasar desapercibida en la imagen, en un plano más cerrado de la instantánea puede apreciarse el anillo que Tamara Falcó llegó a mostrar en televisión.
Respecto a si el regreso del anillo de compromiso implica que los planes de boda ya previstos siguen en pie, la marquesa de Griñón ha dicho lo siguiente el pasado jueves en El Hormiguero: "Nos casaremos, si Dios quiere, pero lo diré en siguientes episodios", avanzó.
La colaboradora del programa de Pablo Motos aprovechó su aparición para sincerarse sobre cómo había sido su reconciliación con Onieva. "Decidimos enterrar el hacha de guerra la semana de Navidad. Él no tenía mi móvil y escribió a una amiga para decirle que quería hacer las paces conmigo. Me pareció bien y lógico", comenzó explicando.
Eso les llevó a asistir juntos en Nochebuena a la Misa del Gallo. "Después de la misa nos quedamos hablando, intercambiamos las cosas que me habían hecho daño, las que le habían hecho daño a él y ya quedamos en plan de amigos. Le di mi teléfono nuevo y nos empezamos a mensajear", prosiguió.
Sin embargo, lo que pretendía ser una amistad cambió tras el anuncio de la ruptura de su madre, Isabel Preysler, con Mario Vargas Llosa. "El día 28 salió lo de mi madre y Mario, llamó mi hermana desde Estados Unidos y pensé en el tío Julio (Iglesias), al que mi madre nunca le dio una nueva oportunidad, y algo me hizo click", comentó entonces.
Tras la reconciliación, Falcó ha reconocido que su madre no está muy convencida: "Mi madre lo que quiere es evitarme el dolor, me dijo que la gente no cambia, pero yo he cambiado durante mi vida y sí creo que la gente cambia", ha asegurado.