Ana Obregón ha sido reconocida como una de las 100 mujeres más influyentes del país por Forbes, motivo por el que este miércoles acudió a la gala organizada por la revista. La bióloga se mostró muy orgullosa al recoger el premio, aunque aseguró que no se considera una persona influyente: «Yo creo que las mujeres más influyentes no estamos aquí. Creo que las mujeres más influyentes de España, son todas las mujeres que trabajan y son madres. Creo que hay millones de mujeres anónimas que no están aquí».
La actriz, además, ha explicado que ya está volcada en el bautizo de la pequeña Ana Sandra. «Todo va muy bien todo, ya os contaré. Está preparado casi todo», ha asegurado. La fecha escogida para la celebración, que será religiosa, será en el mes de diciembre y por el momento todavía trabajan en las pruebas del vestido que lucirá la pequeña, un diseño hecho a medida para esta fecha tan especial. El padrino será Justin, un amigo íntimo de su hijo Aless que viajará desde Estados Unidos para estar en esta cita señalada.
El nacimiento de la pequeña se hizo público el 28 de marzo, cuando la revista ¡Hola! publicó unas imágenes de la artista con la bebé en brazos mientras salía de un hospital de Miami en silla de ruedas. Tan solo una semana después la propia Obregón aclaró que Ana Sandra Lequio Obregón no es su hija, sino su nieta: «Fue la última voluntad de Aless». El joven, antes de comenzar el proceso de quimioterapia «guardó muestras de su esperma, por si los medicamentos le afectaban en el futuro, para asegurarse de poder tener hijos». Unas muestras que fueron utilizadas para llevar a cabo el proceso de gestación subrogada.
Dos meses y nueve días después del nacimiento de Anita, ambas llegaron a España acompañadas por unas amplias medidas de seguridad para instalarse en La Moraleja. El nacimiento de la pequeña por un proceso de gestación subrogada causó un gran revuelo en España e incluso llegó al Congreso de los Diputados. Al margen de la polémica, la actriz y su nieta pasaron su primer verano juntas en El Manantial, la casa que el padre de la presentadora construyó hace cincuenta años en Mallorca. Una vacaciones que fueron más cortas de lo habitual, ya que según medios nacionales la bióloga tuvo que regresar con antelación de sus días de relax por motivo de un acuerdo familiar.