La noche este lunes arrancó la decimosegunda edición de Masterchef. El concurso de cocina por excelencia de la televisión cuenta este año con una concursante mallorquina: Pilar. La aspirante a chef es madre de familia numerosa, tiene seis hijos, y asegura que «no hay reto que le asuste». La palmesana trabaja como dependienta en una tienda de una marca de moda española y es una apasionada del baile, una afición gracias a la que conoció a su marido.
La vida de Pilar ha estado marcada por una infancia complicada, ya que ejerció de madre con sus hermanos y reconoce que después de una vida dedicada a los demás, «es el momento de disfrutar al máximo su aventura en MasterChef». De este modo se embarca en esta aventura televisiva en la que va a demostrar sus habilidades en los fogones.
Pero no es la única representación en las Islas. Gonzalo, aunque es madrileño está afincado en Baleares: estudió ingeniería técnica industrial y en la actualidad es propietario de diferentes negocios relacionados con la hostelería. Es un apasionado de la gastronomía e incluso llegó a hacer un curso de cocina tradicional japonesa de tres meses impartido por el chef Mutsuo Kowaki. Una de sus aficiones es viajar y reconoce que ha visitado más de 50 países.
Tanto Pilar como Gonzalo pasarán al menos una semana más en el reality, ya que Tessa se convirtió en la primera expulsada. La prueba de eliminación, en la que estuvo presente Martín Berasategui, se centró en que los aspirantes realizaran un plato inspirado en sus orígenes y con los sabores de su tierra y la madrileña no logró superar la prueba con su elaboración.