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Ignacio Guío, jardinero, advierte del fruto otoñal que nunca debes comerte: «Es muy parecido a la castaña»

El experto alerta sobre las diferencias entre el castaño real y el falso para evitar confusiones peligrosas en los paseos de otoño por la naturaleza

El experto ha compartido la advertencia en redes sociales

| Palma |

Con la llegada del otoño, es habitual salir a pasear y recoger frutos caídos en parques y bosques, especialmente castañas. Sin embargo, es fundamental distinguir entre las verdaderas castañas y las falsas, ya que equivocarse puede ser peligroso. El jardinero Ignacio Chía ha lanzado una advertencia clave: no todos los frutos que parecen castañas son comestibles, y algunas variedades pueden ocasionar intoxicaciones.

Muchos españoles sienten nostalgia al ver las castañas en el suelo, recordando las tradicionales castañas asadas en invierno, pero este recuerdo puede llevar a errores fatales. El desconocimiento sobre los tipos de castaños hace que la recogida de frutos en espacios públicos sea un riesgo si no se identifican correctamente. La confusión, según Chía, se da especialmente porque existen dos tipos principales de castaños: el castaño verdadero y el falso castaño, cada uno con características botánicas claras que los distinguen.

La clave para evitar intoxicaciones está en la capacidad para reconocer las diferencias morfológicas entre estas dos especies comunes en parques y bosques de España. En primer lugar, el nombre científico y popular de ambas especies es diferente, pero para el público general, los aspectos visuales son los que importan. El castaño verdadero, Castanea sativa, posee hojas largas, alargadas y de bordes dentados, mientras que el falso castaño presenta hojas compuestas, divididas en múltiples folíolos, con una estructura más ancha y menos definida.

Otra distinción importante se encuentra en los frutos. Las castañas auténticas tienen una parte aplanada y suelen presentarse agrupadas en conjuntos de dos o tres, cubiertas por un envoltorio espinoso muy característico. En cambio, las falsas castañas son redondas, más grandes y tienen un tamaño más uniforme, además de ser menos habituales en parques urbanos y más frecuentes en bosques específicos.

¿Por qué es peligroso consumir frutos confundidos con la castaña?

Ignacio Chía alerta sobre los riesgos de intoxicación al ingerir frutos que no son del castaño verdadero. Estos frutos pueden contener sustancias tóxicas que causan malestar gástrico grave o incluso intoxicaciones más serias, especialmente en niños o personas con sensibilidad.

En España, donde el consumo de castañas asadas es una tradición muy arraigada en otoño e invierno, la identificación errónea puede hacer que personas recojan frutos de plantas similares pero no comestibles. Esto suele ocurrir en zonas urbanas o en las inmediaciones de parques, donde a veces crecen especies ornamentales que no son seguras para el consumo humano. La prevención es básica: si no se conoce bien el fruto o el árbol del que ha caído, la recomendación más prudente es no llevarse nada a casa ni consumirlo.

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