La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado este viernes desde Granada que la Unión Europea siempre respetará sus obligaciones internacionales pero que debe ser el bloque «y no las mafias ni traficantes» quienes decidan sobre quiénes pueden llegar a territorio comunitario y en qué condiciones. «Una cosa debe quedar muy clara: Tenemos obligaciones internacionales que vamos a cumplir, las cumplimos en el pasado y lo hacemos ahora, pero nosotros como europeos decidiremos quién viene a Europa y bajo qué circunstancias y no las mafias ni traficantes», ha avisado Von der Leyen a su llegada a la reunión informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Granada.
Von der Leyen también ha abogado por avanzar para ofrecer «rutas legales» de entrada a la Unión Europea y asegurar «corredores humanitarios», al tiempo que se potencia la cooperación con países de origen y tránsito para controlar los flujos irregulares, pero también ha defendido la necesidad de ser firmes con los «retornos» de aquellos migrantes «que no son elegibles» para recibir protección internacional. La jefa del Ejecutivo comunitario se ha mostrado confiada por las «muy altas probabilidades» de que la Unión Europea logre cerrar la reforma migratoria y de asilo antes de que acabe la legislatura europea el próximo junio, ahora que los 27 han logrado fijar su posición sobre todas las piezas del Pacto migratoria y desbloqueado así las negociaciones con la Eurocámara.
«Confío en cruzar la línea de meta», ha expresado la política alemana tras considerar un «gran éxito» que los ministros de Interior acordaran esta semana su posición sobre el mecanismo de gestión de crisis migratoria que prevé una 'solidaridad a la carta' que obligará a los gobiernos a dar apoyo a socios desbordados en la acogida de refugiados ofreciendo reubicaciones o compensaciones financieras.
Esta «pieza del puzle» salió adelante con un acuerdo por mayoría cualificada pese al voto en contra de Polonia y Hungría, algo que ha irritado a los gobiernos de estos dos países, hasta el punto de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha equiparado ese acuerdo con una violación.
«Si te violan, en términos legales, y te obligan a aceptar algo que no quieres, ¿cómo puede haber un acuerdo? Es imposible», ha dicho el líder húngaro a su llegada a la reunión de Granada. Los líderes de la Unión Europea intentan este viernes adoptar una 'Declaración de Granada' que apunte las claves de la futura agenda estratégica común y marque el arranque de la reflexión sobre el camino hacia una nueva ampliación de la UE, pero las referencias al Pacto migratorio complican su adopción por las reservas fundamentalmente de Budapest y Varsovia.